Con el objetivo de reducir en 20% las emisiones de fuentes industriales en Bogota y la región central al año 2030, se inicia el proyecto NAMA, que es una estrategia utilizada en otros países para la adopción de procedimientos más sostenibles en la industria. El distrito no ha presentado un plan frente a las emisiones de los medios de transporte, para coadyuvar con la meta de reduccion.
Contaminación Bogotá. / Foto: Diego Santacruz, tomada de Portafolio.co
El más reciente informe de la calidad del aire del Ideam, señaló a Bogotá y a Medellín como las ciudades que peor están en todo el país en este indicador. El Distrito genera hoy alrededor de 19 millones 142 mil toneladas de C02, la mayoría de ellas producidas por los vehículos. Según la Secretaría de Movilidad en los últimos 5 años el parque automotor de la ciudad pasó de 1’538.170 vehículos a 2’133.851, lo que representa 595.681 carros más.
Sin embargo la industria también es protagonista de la huella de carbono, por lo que se lanzó el plan piloto del proyecto NAMA, liderado por la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM) y el PNUD Colombia, que tiene como objetivo la implementación de políticas, regulaciones, programas u otro tipo de acciones que reduzcan las emisiones de gases efecto invernadero de su tendencia actual.
Esto en el marco del plan para que en el 2030, Bogotá y la Región Central reduzcan en un 20% sus emisiones de gases y fortalezcan las capacidades de las instituciones públicas y la sociedad civil para disminuir el impacto negativo del cambio climático y el daño de la capa de ozono.
NAMA (por sus siglas en inglés, Acciones de Mitigación Apropiadas) se enfoca en mejorar la productividad de las empresa, fundamentalmente en la optimización energética y la reducción de costos de producción hasta del 35%.
Pero ¿cómo funcionan los NAMA? básicamente se trata de un sistema cooperativo donde los sectores público y privado crean proyectos conjuntos de mitigación, compartiendo el costo de los mismos y los riesgos que pueden acarrear los proyectos. De esta forma se enfrenta la problemática de falta de subsidio o financiación que reclaman muchas empresas para la transición hacia prácticas más amigables.
A nivel nacional esta estrategia se encuentra en implementación desde el año 2011 y tiene como principal objetivo apoyar a los diferentes sectores en la formulación e implementación de los planes sectoriales de mitigación de cambio climático y el establecimiento de un sistema de monitoreo y reporte mediante la elaboración de estudios para la toma de decisiones.
En el mundo actualmente existen tres tipos de NAMA que se vienen aplicando con éxito en países como Estados Unidos y en una fase inicial en México:
1. NAMAs Unilaterales: aquellas que son financiadas en su totalidad con recursos propios del país en el que se pretende implementar la acción. Estos recursos pueden venir de fuentes públicas o privadas o de una combinación de las dos.
2. NAMAs con Apoyo: cuentan con ayuda internacional bien sea financiera, técnica y/o en forma de construcción de capacidades. El apoyo puede venir de países desarrollados, fondos privados, fondos multilaterales o bancos de desarrollo.
3. NAMAs Acreditables: las que generan ingresos por la venta de créditos de carbono asociados a la cantidad de emisiones reducidas. Aunque existe la visión que algunas de las NAMAs deben apuntarle a generar créditos para nuevos mercados de carbono, este mecanismo aún no ha sido acordado a nivel internacional.
Durante la presentación del plan para Bogotá, el Director General de la CAR, Néstor Franco González, aseguró que la meta principal es ser amigo de los empresarios para lograr un mayor resultado con eficiencia.
"Tenemos la fortuna que los empresarios del país estén comprometidos con los cambios respecto a la emisión de gases efecto invernadero. Vamos por el sendero que es", indicó Franco en la presentación que se realizó en el auditorio de la Cámara de Comercio de Bogotá sede Chapinero, en donde participaron más de 100 empresarios y académicos de la región.