A pesar de la crisis por la que atraviesa el sector de los biocombustibles, en parte por la caída en los precios del petróleo, la fuerte devaluación y el cierre de la frontera con Venezuela, más de 500 invitados y 25 expositores nacionales e internacionales se reunen en este momento en La Heroica para hablar de las ventajas ambientales, económicas y sociales del uso de biodiésel y bioetanol.
Durante tres días, Cartagena de Indias es la sede de la II Conferencia Internacional de Biocombustibles, que este año acoge la versión número 22 del Simposio Internacional de Combustibles de Alcohol - ISAF (por sus siglas en inglés), con el lema “Los biocombustibles, un nuevo aire para el mundo” (vea también: Cartagena, otra vez sede de importante evento internacional para el ambiente).
Jorge Bendeck, presidente de la Federación Nacional de Biocombustibles, anfitriona del evento, explica que el Gobierno debe tomar medidas para incentivar la producción de etanol en los ingenios y exigir a las grandes mineras que utilicen en su cadena productiva una mezcla mayor de biodiésel. Ello alentaría a los emprsarios en esta etapa de baja rentabilidad.
De otra parte, la producción de combustibles verdes genera 32.000 empleos directos en el país, lo que, según afirman expertos, será vital en el posconflicto.