Pedro Antonio Bedoya Bedoya, campesino de la Vereda San Miguel Abajo, en el municipio de La Unión, en Antioquia, es uno de los socios de BanCO2 desde finales de 2014. Él, campesino de 63 años, ni idea tiene del internet ni lo que representa, ni quién compra el CO2 cuyos ingresos benefician a su familia. Sin embargo, sí sabe que cada mes entra a su cuenta de ahorros un dinero producto de permanecer en la finca, cuidar y conservar algunas hectáreas y ayudar a capturar CO2 a través de la web.
Para Pedro Antonio Bedoya Bedoya y su familia esta iniciativa ha sido una bendición. “Antes de BanCO2, pasábamos muchas dificultades, estuvimos desplazados de la finca, con deudas y por eso el programa ha sido una fortuna, porque nos hemos podido ir poniendo al día con el banco, salir adelante con otras cosechas y con las vacas de leche que tenemos”.
El programa, que comenzó en el oriente antioqueño, en jurisdicción de Cornare, ya cuenta con la participación de 882 familias en todo el territorio nacional, en un periodo de 25 meses de trabajo. De esta cifra hacen parte 468 familias en 23 municipios del oriente antioqueño, con 13 mil hectáreas de bosque protegidas; 150 familias en Nobsa y Sogamoso; 77 en Mutatá, Apartadó, Chigorodó y Turbo, en el Urabá antioqueño; 100 en San Luis de Cubarral, en el Meta; cuatro, en la Orinoquía; 37 en Caldas; 38 en Santander, y 8 en La Guajira.
Algunas ONG ambientalistas tienen sus reparos al programa. La Corporación Penca de Sábila afirma que es una estrategia que tiene dificultades, pues los campesinos pierden autonomía en sus fincas y no son compensados de manera adecuada. “Es la comercialización de la conservación. Lo vemos como soluciones de mercado a problemas que no deben resolverse así, pues se equiparan los valores económicos con los ecológicos, para recuperar con dinero lo que se ha deteriorado en otras áreas”, dice la entidad.
El programa permite remediar daños causados a ecosistemas, es decir, compensar la huella ambiental, de una manera fácil, a traves del portal www.banco2.com, iniciativa de la Corporación Autónoma Regional para las cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare). La web le permite a cualquier ciudadano o empresa calcular, en toneladas, su huella ambiental y compensarla con dinero a una familia socia. Estos aportes se hacen directamente a través de la web, mediante pago electrónico, y quien compra puede escoger a qué familia beneficiar.
BanCO2 acoge como socias a familias en peligro de desplazamiento y con terrenos en
condiciones de alta vulnerabilidad. Se logra recuperar el entorno, cuidar los recursos naturales
y que la familia no se convierta en desplazada. / Fotos Cortesía BanCO2 – Cornare
Ya son 882 familias socias en todo el país y es un programa que se replica en otras
regiones con el apoyo de las respectivas Corporaciones Autónomas Regionales.