Viernes, 19 Abril 2024

Una montaña de “moho” podía verse desde el aire al entrar al Valle del Cauca. Eran los residuos industriales acumulados a las afueras de una de las plantas de ácido cítrico más grandes del país, ubicada en Palmira. Investigadores universitarios los convirtieron en el compuesto con más aplicaciones en el sector médico y cosmético.

A partir de los microhongos formados en la cáscara de las frutas desechadas, un grupo de académicos de la Universidad del Valle extrajo una cantidad significativa de quitina, el biopolímero más usado en biomedicina, nutrición, procesamiento de alimentos, farmacología, agricultura y cosméticos. El procedimiento únicamente requiere agua en ciertas condiciones y temperatura, por lo que resulta 100 por ciento limpio y de bajo costo.

Mundialmente, para procesar la quitina del microhongo se suelen emplear químicos tóxicos y corrosivos que son difíciles de manejar ambientalmente y que encarecen esta materia prima. Por eso es tan importante la invención del Grupo de Investigación en Termodinámica Aplicada y Fluidos Supercríticos, liderado por el profesor Gustavo Eduardo Bolaños. 

El resultado fue patentado por la Superintendencia de Industria y Comercio a finales de 2015 y los investigadores ya fabrican vendajes y suturas bioabsorbibles. “A nivel molecular, los complejos de quitina se enlazan, por ejemplo, con los glóbulos rojos y forman una malla impenetrable para la sangre, deteniendo las hemorragias. Entregaremos a la sociedad colombiana unos productos biomédicos de bajo costo y con alta efectividad, a partir de componentes que originalmente eran un residuo industrial”, explica Bolaños.

 

microhongo
Investigadores continúan trabajando en la caracterización de la quitina
a muy bajo costo y desarrollando productos finales como los vendajes
bioabsorbibles, que favorecen la regeneración celular. / Foto: Univalle.edu.co

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