Al menos 5 kilos de residuos agrícolas es lo que está utilizando una innovadora empresa caleña para elaborar cada ataúd ecológico, como bagazo de caña, cascarilla de arroz, fique de cabuya, entre otros 140 productos naturales que la hacen única en la ciudad con este tipo de desarrollos. A la fecha ha construido 5.000 cajas fúnebres, por lo que su impacto positivo al medio ambiente es significativo.
Guillermo Castillo García es su creador y asegura que el cofre es 99% biodegradable, rígido, liviano y capaz de soportar hasta 450 kilos de peso comprobados. Por eso, el proceso de produccion ya se encuentra patentado por la fórmula especial que emplea.
El proceso de elaboración de un ataúd ecológico no requiere de máquina eléctrica, solo una sustancia original y un molde para fundirlo y esculpirlo; necesita un promedio de ocho horas hombre de trabajo y no las 48 horas que se emplean en una caja de madera tradicional, no requiere madera ni puntillas, y usa bisagras de cuero en vez de las metálicas, explica Castillo, quien dice que este producto es absorbido por la naturaleza en un lapso menor a cinco años, tiempo en que los restos son trasladados a otra urna.
La fórmula de esta innovación 100% artesanal, según Castillo, surgió de la combinacion de conocimientos: heredó de su familia los conocimientos del trabajo en la carpintería y el manejo de materiales agrícolas lo descubrió en Europa, en donde usaban los desechos para construir materia prima que posteriormente era utilizada en la construcción de edificaciones. Años después llegó a Colombia y perfeccionó la idea. Ahora cuenta con clientes de varias regiones del país que compran sus ataúdes, casi al mismo precio que uno de madera, bien sea por motivos ecológicos o por los diseños que moldea y estampa en el féretro.
Un ataúd tradicional requiere dos árboles, el ecológico construido en Cali necesita 140 compuestos,
principalmente el bagazo de caña, cascarilla de arroz, fique y resinas empobrecida. / Foto: Somoslarevista.com