Lunes, 7 Octubre 2024

Juan Felipe Velasquez

Juan Felipe Velásquez M.
Gerente Comercial BYD Motor Colombia S.A.S
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A nivel mundial, los sistemas de transporte masivo elevado toman cada vez más relevancia entre los responsables de la selección e implementación de éstos sistemas en las diferentes ciudades, en especial en aquellas con dificultades de movilidad donde la implementación de un sistema a nivel puede poner en riesgo el éxito del proyecto.

Momentos como el que vive la economía por temas como la pandemia, y factores como el calentamiento global hacen que las administraciones deban poner sus ojos en proyectos con el mejor costo-beneficio para sus comunidades, que sean sostenibles y amigables con el medio ambiente: es ahí donde los sistemas elevados toman la delantera sobre sistemas a nivel y subterráneos (el de mayor costo).

Las características particulares de la tecnología elevada (cortos radios de giro y gran capacidad de ascenso) hacen que su adaptación a los corredores viales y alineamientos existentes sea bastante flexible, lo que hace que el componente arbóreo juegue un papel principal en el desarrollo de dichos sistemas, un factor determinante para conseguir llevar a cabo un proyecto: una tala como la que requiere un sistema a nivel pone en riesgo su éxito como se va visto en la implementación de otros sistemas y los conflictos que genera con las comunidades causando retrasos y sobrecostos importantes en su ejecución; los sistema elevados evitan considerablemente las talas pues su trazado, además de pasar en muchas partes sobre el componente vegetal, puede ser desplazado hacia los costados de la vía en caso de ser requerido.

Dicha flexibilidad en los sistemas elevados, con una construcción mucho más limpia y con mucha menos polución además en muchos casos de contar con estructura prefabricada, hacen que la inversión en construcción de infraestructura sea considerablemente menor a otros sistemas como en superficie, pues no requieren grandes reconfiguraciones viales ni inserción de nuevos actores/sistemas en corredores con movilidad ya bastante densa y compleja; esto resulta en mucha menos inversión predial, menores costos por movimiento de redes de servicio público (acueducto, alcantarillado, energía, gas, internet, etc.), y en muchos casos fácil implementación en separadores viales en infraestructura ya existente.

Al poder evitar los anteriores factores que definitivamente exponen el proyecto a riesgos de sobrecostos y demoras, se da como consecuencia mucha menos área de intervención, se alcanza velocidades de construcción mucho mayores a otros sistemas, reduciendo así los tiempos de ejecución y generando mucho menor traumatismo para la comunidad al momento de ejecutar la obra, poniendo el sistema al servicio de la comunidad mucho más rápido.

Los sistemas elevados permiten garantizar tanto velocidades operativas como tiempos de recorrido fijos entre estaciones y de espera de pasajeros en estaciones ya que al no interactuar con otros actores viales la probabilidad de accidentalidad con otro vehículo desaparece disminuyendo incluso potenciales costos para las administraciones locales (indemnizaciones a particulares, etc.). Los sistemas a nivel, por más priorización que tengan con los sistemas semafóricos a ser implementados, siempre tendrán presente el factor de potenciales demoras por la cantidad de variables que deben sortear a lo largo de sus recorridos (interacción con peatones, ciclistas, vehículos particulares y de servicio público, intersecciones viales, sin mencionar la alta probabilidad de accidentalidad y los traumatismos que trae esto al sistema en su operación y a los usuarios).

Todo lo anterior repercute en el factor medioambiental, y empresas como Gaia han demostrado operaciones mucho más eficientes en los sistemas elevados pues menos arranques y paradas consumen mucha menos energía (consumos energéticos de hasta el 30% del consumo de un sistema a nivel) y evitan altas temperaturas en el corredor, lo que se refleja en mucho menos costos de operación y mantenimiento para las administraciones locales generando también ahorros significativos en emisiones de CO2 (que puede ser menos de la mitad), y al momento de la ejecución significa un menor alcance de obra civil con menos transporte de material, lo que conlleva a utilizar menos volquetas, camiones de concreto, equipos para construcción, etc., y esto incrementa aún más el ahorro de emisiones de CO2 con los sistemas elevados., sin mencionar el confort en ruido y bajos decibeles de los sistemas elevados vs. sistemas a nivel que compite por los altos niveles de ruido de los corredores en superficie.

Como conclusión, tiempos de ejecución de hasta 1 kilómetro por mes, reducción en presupuestos de más del 40% y ahorros en área de intervención en muchos casos de más del 90% y de más del 50% en emisiones de CO2 en comparación con los sistemas a nivel, hacen que los sistemas elevados sean una opción determinante a ser considerada al momento de seleccionar una tecnología de transporte masivo para las ciudades.

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