Los líderes de las tierras en el Estado de Australia del Sur han propuesto un incentivo económico por la muerte de los animales que además son emisores de metano.
Foto: The Australian
La decisión fue tomada por los aborígenes del sur de Australia que ordenaron la primera matanza masiva de camellos salvajes que están causando estragos en comunidades remotas a medida que la sequía los desespera por el agua.
Los tiradores profesionales han salido por sus objetivos desde este miércoles 8 de enero para matar hasta 10,000 camellos. Incluso los aborígenes han hecho un llamado para que el gobierno federal cree un mercado de créditos de carbono por sacrificar a los animales y proporcionar así un incentivo económico para eliminar los emisores de metano de las que son responsables.
La decisión de los líderes de las tierras Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY), en el extremo noroeste del estado, de lanzar la matanza en masa causó polémica en algunas comunidades aborígenes cristianas, donde los camellos son considerados sagrados debido a su vínculo bíblico con la Natividad.
La preocupación por el daño y el peligro presentado por las manadas llevó a la junta ejecutiva de administración de APY a un consenso para lanzar el sacrificio, que se espera que dure cinco días.
El Departamento de Medio Ambiente y Agua del Estado proporcionará a los tiradores dos helicópteros ligeros Robinson R44 de cuatro asientos para facilitar su caza. En lugares remotos e inaccesibles, los camellos sacrificados se dejarán donde caen, pero siempre que sea posible, los cadáveres serán quemados o enterrados.
La miembro de la junta ejecutiva de APY, Marita Baker, dijo a The Australian que su comunidad de Kanypi, justo al lado de la carretera Gunbarrel, a 1270 km al noroeste de Adelaida, había sido invadida por las criaturas.
"Nos hemos quedado atrapados en condiciones apestosas e incómodas, sintiéndonos mal, porque los camellos están entrando y derribando cercas, entrando por las casas y tratando de llegar al agua a través de acondicionadores de aire", dijo.
El Plan Nacional de Manejo de Camellos Salvajes, publicado en 2010, indicó una población de camellos salvajes de más de un millón de animales que deambulan por un área que cruza a tres estados. Sin control, los camellos se reproducen a un ritmo tal que la población se duplica cada nueve años. Los camellos emiten metano equivalente a una tonelada de dióxido de carbono al año.
"Un millón de camellos salvajes que emiten el efecto de una tonelada de CO 2 por año es el equivalente a tener 400,000 automóviles adicionales en la carretera", dijo otro miembro de la junta.
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