Fue publicado en Science Direct y realizado por Fisheries and Oceans Canada y la Universidad Simon Fraser. Estómagos de ballenas árticas tenían poliéster.
Foto: Ballena beluga / Anipedia.net
Durante un año los investigadores trabajaron con esquimales de los territorios del Noroeste para recolectar estos estómagos de ballenas.
Según el estudio, en total, se encontraron unas 350 piezas de plástico y fibras plásticas, la mayoría de las cuales tenían menos de dos milímetros de tamaño y aproximadamente la mitad de ellas eran de polietileno terfalato, PET, comúnmente utilizado en botellas de agua embotellada.
En general, se hallaron nueve tipos de polímeros plásticos en los animales, siendo el poliéster el más común.
Rhiannon Moore, líder de la investigación señaló que no esperaba ver tantos microplásticos en una región tan al norte, lejos de la presencia humana.
Tal investigación sigue evidenciando cómo los plásticos y microplásticos han llegado incluso hasta los entornos más remotos del planeta.
“Nos dice claramente que son ubicuos, que terminan en todas partes”, dice ella. Es un problema global, no es un problema local controlado, por lo que se necesitarán muchos actores diferentes (gobierno, industria y consumidores) para tratar de limitar el flujo".
La mayoría de los microplásticos encontrados en el océano provienen de nuestra ropa, dice Moore. Durante el lavado, se liberan microfibras de la ropa y entran en la corriente de aguas residuales. Debido a su pequeño tamaño, no se filtran y terminan en el océano.
Sobre la investigación
En su investigación, Rhiannon Moore palpó directamente en las entrañas de las belugas árticas. Cada estómago es aproximadamente del tamaño de una calabaza y tiene múltiples cavidades, similares al estómago de una vaca. “Estás explorando este laberinto de órganos”, dijo a CBC News.
Foto: Ocean Wise
El olor puede ser difícil de manejar, ella lo compara con el aroma de un bistec viejo. En el laboratorio, debe usar una máscara contra el polvo y aplicar aceite de eucalipto para enmascarar el olor.
“Ciertamente no es bonito, y ciertamente no está limpio”. En general, comienzo de un extremo al otro y trabajo hasta el final con un bisturí y unas tijeras, agrega.
Aunque estudios anteriores han examinado las ballenas muertas donde la presencia de plástico puede o no haber sido considerada en sus muertes, esta fue la primera prueba para microplásticos tomados de ballenas sanas que los utilizaron como alimento.
Los investigadores sospechan que las piezas pequeñas de plástico fueron ingeridas primero por los peces y que luego éstos fueron comidos por las ballenas.
También señalan que se desconocen los efectos a largo plazo en la salud de las ballenas y los miembros de la comunidad que las comen. Pero incluso si son menores, podría ser otro problema de salud que se suma a las muchas otras preocupaciones de las ballenas en un entorno cambiante.
Se ha encontrado que los microplásticos absorben toxinas que pueden ingresar al cuerpo durante el proceso digestivo.
(Fuente: con información de RCI)