Científicos tratan de evitar que el hielo del Ártico desaparezca, para ello presentan una peculiar propuesta, que busca agregar un metro a la capa de hielo.
El hielo marino en el Ártico continúa experimentando niveles mínimos en invierno, tratando de frenar el proceso catastrófico, un equipo de científicos ha desarrollado una nueva idea radical de recongelar la zona.
La última propuesta la ofrece el físico Steven Desch y su equipo de la Universidad de Arizona, quienes proponen montar millones de bombas, que funcionarían gracias a energía eólica, abundante en el Ártico, para rociar el agua de mar sobre la capa de hielo. La parte superior de la capa de hielo es la más fría, así que poner el agua ahí encima la congelaría más rápido.
Foto: Tomada de www.es.gizmodo.com
Los científicos aseguran que, con suficientes bombas, su esquema podría agregar un metro de hielo durante el transcurso de un invierno, teniendo en cuenta que actualmente la mitad del hielo marino del Ártico tiene un espesor medio anual de solo 1,5 metros. "Añadir un metro de hielo en el transcurso de un invierno es un cambio significativo", señalan los investigadores.
Desch y su equipo de científicos ya habían publicado un estudio en 2016 en la revista Earth’s Future sobre cómo volver a congelar partes del Ártico, en donde argumentó que “aunque los científicos del clima habían identificado correctamente los problemas y la urgencia de resolverlos no tenían buenas soluciones para frenar las emisiones de dióxido de carbono”.
Dentro de la publicación, el equipo de científicos publicó el presupuesto para el proyecto, que ería de 500.000 millones de dólares. Reconocen que es una cantidad de dinero muy elevada, pero asegura que es el gasto necesario si se quiere acabar con el deshielo del Ártico.
La propuesta de su equipo es la más reciente en el campo de lo que hoy en día se conoce como 'geoingeniería', que significa manipular deliberadamente el medioambiente a gran escala para afectar el clima de la Tierra y reducir el calentamiento global.
La mayoría de estas propuestas se centran actualmente en dos temas particulares. La primera es esparcir una fina capa de partículas de sulfato en la estratosfera para reflejar parte de la luz solar que golpea a la Tierra. Y la otra opción se conoce como 'bioenergía' y requiere capturar y almacenar el carbono, derivando la energía de los biocombustibles, captando el CO2 emitido durante su combustión y enterrándolo bajo tierra.
Foto: Crédito Nasa
La preocupación de que el hielo del Ártico desaparezca tiene a los científicos en alerta, por ejemplo Peter Wadhams, glaciólogo, advierte que el efecto de la radiación que dejaría de reflejar la masa de hielo del Ártico podría suponer un incremento del 50% del calentamiento provocado por las emisiones de dióxido de carbono: «El Ártico dejaría de ser un mero sujeto pasivo del cambio climático para convertirse en un generoso contribuyente». Ya que el hielo del Ártico refleja hasta el 90% de la radiación solar incidente, mientras que el océano abierto no llega apenas al 10%. Sin el alto albedo de la nieve y el hielo, la superficie terrestre absorbería más calor.
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