Ya pasaron 20 meses de la última crisis por falta de agua y aún no funcionan las plantas desalinizadoras que prometieron a la isla. Se teme una nueva sequía porque nada ha cambiado.
En San Andrés fue declarada la calamidad Pública en la sequía de 2016. / Foto: archivo ColprensaSe cumplió un año del momento en que supuestamente unas plantas de desalinización del agua de mar tenían que estar en funcionamiento con una producción de agua potable cercana a los 50 litros por segundo. Así lo anunció en su momento el ministro de vivienda, Luis Felipe Henao, quien hoy se encuentra liderando la campaña a la presidencia del exvicepresidente, German Vargas Lleras.
Toda esta historia comenzó en abril de 2016 cuando un intenso verano azotó San Andrés y dejó sin servicio de agua a más de 15.000 habitantes del archipiélago. La situación llevó a sus habitantes a la calle para manifestarse por la falta del líquido.
La crisis se terminaría con las plantas desalinizadoras que prometió Henao en ese abril y que supuestamente iban a estar listas en noviembre… del año pasado.
El tema volvió a tomar fuerza porque la Procuraduría delegada para asuntos Ambientales acabó de visitar la isla y la calificó como vulnerable ante el cambio climático. “La escasez de agua en la isla puede llegar a ser severa y reiteró la importancia de continuar con las obras planteadas en el Plan San Andrés y demás estrategias diseñadas para hacer frente a este fenómeno”, aseguró el procurador Gilberto Blanco Zúñiga.
Por eso el Ministerio Público “pidió al Gobierno Nacional un trabajo prioritario y articulado para que las plantas desalinizadoras prometidas desde la temporada de sequía pasada empiecen a funcionar”.
En la isla eso lo ven muy lejos. El reconocido politólogo y columnista del diario El Isleño, Harold Bush-Howard, denunció en su escrito semanal que en el archipiélago no hay gobierno y le advirtió al gobernador: “usted les ha mentido a los muy sufridos isleños y no hay posibilidad en el futuro cercano de solucionar la crónica escasez de agua. La nueva planta desalinizadora entregará poca agua y además desalinizará no agua salada sino de semi-salada de los pozos. Es muy cruel e inhumano jugar con las expectativas de la gente.”
El 7 de mayo de 2017 la gerente de Proactiva, Elizabeth Young Duffis, dijo que existían “luces” sobre la ejecución de las plantas. Sin embargo y a pesar de la escasez decidió subir el cobro del servicio de agua para estratos 4, 5 y 6.
Lo peor de todo es que el inicio de 2018 traerá una nueva temporada de calor a San Andrés y a varias regiones del país y lo más seguro es que el sueño final de las tres plantas de 50 litros por segundo no se haga realidad y que persista la crisis.



















