Decenas de movimientos animalistas y millones de publicaciones en redes sociales se han opuesto a la nueva decisión del presidente que ayudará a la extinción de la especie.

“Conducta reprobable por la administración de Trump. Ya se matan 100 elefantes al día. Esto conducirá a más (caza) furtiva”. Esa fue la sentencia de la iniciativa The Elephant Project que busca salvar a la especie de la extinción total y, por lo pronto, de su desaparición en países de África como Zimbabwe y Zambia.
Reprehensible behaviour by the Trump Admin. 100 elephants a day are already killed. This will lead to more poaching. https://t.co/rld67eM018
— The Elephant Project (@theelephantproj) 16 de noviembre de 2017
Precisamente la importación a Estados Unidos de marfil y de cabezas de elefantes de esos dos países para ser usadas como trofeos, había sido prohibida bajo la administración de Barack Obama. Sin importarle las cifras de muertes de animales, las causas mundiales y el amplio apoyo ciudadano a la protección de los elefantes, Trump decidió tumbar otra aplaudida política de su antecesor.
Y es que según The Elephant Project, en África 100 elefantes mueren todos los días por su marfil. Ese número aumenta cada año. 2015 fue el primer año en que la cantidad de elefantes asesinados fue mayor que la de los nacidos. Si esta disparidad continúa, los elefantes africanos enfrentarán la extinción en el transcurso de nuestra vida.
En Asia aunque la caza furtiva también es un problema grave, muchos elefantes también se mantienen en cautiverio para una variedad de propósitos: tala, turismo, actividades culturales y religiosas, y transporte.
Según el Washington Post, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos ha determinado en una declaración oficial que grandes sumas pagadas por permisos para cazar a los animales realmente podrían ayudarlos "devolviendo ingresos muy necesarios a la conservación".
Millones de personas en todo el mundo y de diferentes continentes han expresado su malestar con la decisión e incluso con palabras ofensivas criticaron que Trump de la espalda a un problema de conservación de importancia mundial.
La indignación creció con un artículo del Evening Standard que retoma un especial periodístico donde se demuestra que dos de los hijos de Trump (Eric y Donald Jr.) practican la caza deportiva en diferentes países de África.