Lunes, 24 Marzo 2025
En 2009 Catorce 6 denunció que sobre el uso insostenible del río Bolo, el 90% de su caudal era destinado a la caña de azúcar y la poca disposición a compartir la cuenca para uso humano.

Esto ha tenido a dos poblaciones del Valle enfrentadas por el agua.  Con turnos para riego e inversiones para el acueducto, hoy están a punto de finalizar las cinco décadas de sequía para los habitantes de Candelaria, Valle.

Pradera y Candelaria en el suroriente vallecaucano estaban enfrentados, el primero porque se resistía a compartir su líquido y el segundo porque estaba cansado de consumir agua de pozo y de mala calidad. 

Río Bolo 9                                                                                         Río Bolo

Durante años el “Acueducto Regional Florida-Pradera-Candelaria” estuvo rodeado de rechazos, retrasos y sabotajes y fue una tutela fallada el 14 de diciembre de 2008 la que ordenó la firma del convenio para viabilizarlo jurídicamente. Hoy, los ánimos se han calmado, los trabajos de ejecución de la red de abastecimiento avanzan y varios corregimientos de Candelaria ya tienen agua, pero el malestar entre los pradereños persiste.

Según Jorge Didier Zapata, presidente del Concejo de Pradera y quien conoce muy bien el tema porque ha estado en el cabildo los últimos tres periodos (2008 – 2019), el municipio y la comunidad nunca se han opuesto a que los vecinos de Candelaria tengan agua potable del río tutelar, el río Bolo. “Lo que siempre hemos manifestado la comunidad, la Administración y el Concejo Municipal es que la empresa prestadora del servicio, en este caso la Empresa de Acueducto del Valle (Acuavalle), debe hacer unas inversiones en Pradera, en la cuenca del río, en la planta de tratamiento de agua potable, incluso, en la reducción de la tarifa”, afirma el cabildante.

A diferencia de Candelaria, Pradera cuenta desde hace décadas con suministro de agua potable  de fuente superficial, por lo que hace seguimiento técnico a la cuenca del río Bolo, sin embargo, explica Zapata, Acuavalle está en deuda con la comunidad porque ha faltado en   mejoramiento de redes y servicio. Por otro lado, el funcionario denuncia que la ampliación de la planta de tratamiento de la localidad quedó inconclusa, al punto de que ya hay tubería instalada desde Pradera hasta Candelaria, sin tener terminada la obra.

FOTO ASOCAÑA                                                              Foto: Crédito Asocaña

La razón de la demora se debería a que apenas se gestionaron recursos por cerca de 5 mil millones de pesos para construir la nueva planta de tratamiento de agua potable en Pradera. La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, anunció hace algunas semanas que la obra se hará con recursos del Plan Departamental de Aguas (PDA), ejecutados por Vallecaucana de Aguas, entidad ante la que tramitará los dineros requeridos por Acuavalle para concluir la segunda fase del Acueducto Regional Florida-Pradera-Candelaria. “Nos hemos comprometido públicamente con los 4.700 millones de pesos que cuesta la construcción de la Planta en Pradera, que le llevaría agua para Candelaria, pero también beneficiaría a Pradera porque contaría con un servicio más eficiente”, indicó.

El Convenio

Hace más de 10 años se realizó un convenio entre los municipios de Pradera, Florida y Candelaria, que dio sus frutos en el año 2008 con el inicio de la construcción del Acueducto Regional, con el que se estableció que Pradera le daría agua del río Bolo a la parte urbana de Candelaria, y Florida a su vez a todo al sector rural y todos sus corregimientos, haciendo uso del río Frayle. 

El concejal Zapata asegura que ya se ha dialogado con la comunidad sobre el tema “se han hecho incluso foros, sabemos que va a ser una problemática y para que no falte el agua a futuro, queremos que la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y Acuavalle, que son las empresas directamente implicadas, inviertan en nuestra cuenca hidrográfica para poder conservar el líquido. Ahora el cauce está alto, pero cuando entramos en la temporada de verano, siempre se reduce significativamente”.

La red comprende dos fases. La primera ya ha abastecido con el río Frayle a los corregimientos La Regina,  Villagorgona, El Samán y La Aldea, jurisdicción de Candelaria, además de mejorar la presión del servicio a San Antonio de los Caballeros, en Florida. La segunda fase del acueducto tiene como objetivo suministrar agua del Bolo a la zona urbana de Candelaria a través del municipio de Pradera. Para esto fue necesaria la ampliación de la planta de tratamiento, la instalación de 22 km. de tuberías y la construcción de un tanque de almacenamiento de 4.500 metros cúbicos de agua.

Según Guillermo Arbey Rodríguez Buitrago, gerente de Acuavalle, hace 3 años la entidad hizo una inversión de 27 mil millones de pesos para llevar el agua por primera vez al corregimiento de Villagorgona. Pese a los atentados con explosivos de alto poder realizados hace dos años a la tubería ya “la gente entendió que era una necedad estar boicoteando un proyecto que lo único a lo que le estaba apostando era cumplirle un sueño a todos esos habitantes y que además es un derecho de estos ciudadanos aspirar a tener agua potable”.

Planta de tratamiento Pradera                                                                        Planta de tartamiento Pradera

Sobre la planta de tratamiento de agua de Pradera, Guillermo Arbey Rodríguez Buitrago, gerente de Acuavalle, confirmó que hace unos años se empezaron las obras y están pendientes junto con la tubería que ya está instalada, porque se encuentran en estudios de la primera fase. Rodríguez también aseguró que en todos estos años la empresa ha entregado agua potable subterránea, agua segura para consumo humano y defendió la posición de consumir agua de pozos profundos, según él, existe un criterio erróneo sobre el tema, poniendo como ejemplo al país de Holanda, “allá el 4% del agua que consumen es de pozos, nosotros tenemos un convenio firmado con ellos para recibir el acompañamiento con la tecnología que usan para que en el nuevo pozo del municipio de Vijes, Valle, podamos trabajar sin necesidad de utilizar cloro. Hoy en día con la minería ilegal, con la contaminación que tienen los ríos, yo podría decir que es mucho más segura el agua subterránea que la que nos llega de las fuentes hídricas superficiales.” argumentó.

Derivaciones del Bolo para la caña y otros cultivos

Hasta el primer trimestre del año pasado, una serie de alertas advertían que el Bolo y el Frayle, a su paso por la Recta entre Palmira y Cali, quedaban reducidos a una pequeña línea de agua o zanjas y, en el peor de los días, a piedras y arena. Según dijo en un medio de comunicación local la directora de la Asociación de Usuarios del Río Bolo (Asobolo), Amalia Morales, en la cuenca del Bolo había un índice de escasez muy alto, es decir, la oferta del río versus la demanda no daba para tener una buena distribución del recurso hídrico.

“Cuando el agua llega a zona plana, a la altura de Potrerito – Lomitas, el agua comienza a ser concesionada, para el caso del Valle del Cauca, la CVC otorga unos permisos, que por ley paga la tasa por uso de agua, pero dependiendo de estas asignaciones, que son en este momento 504 predios los que aproximadamente se benefician del agua, unos 220 están afiliados a la asociación”, la cual trabaja en dos frentes: conservación de la cuenca del río Bolo y, desde hace 5 años, en administración del recurso hídrico en los municipios de Pradera, Palmira y Candelaria Valle, abarcando unas 43.719 hectáreas de acción.

Explicó Morales que en la zona se encuentran muchos predios que no solamente son ingenios, también hay cultivadores de caña que son los proveedores y hay pequeños cultivadores de hortalizas. Después de otorgadas las concesiones, realmente quien estaba al comienzo del canal y quien podía tener un fontanero, podía asegurar el agua, algo muy difícil para quienes habitaban aguas abajo, porque se trataba del río Bolo y 4 derivaciones con zona de riego que llegaba hasta la vía después de Candelaria, el Lauro y Madrevieja, disminuyendo el suministro.

Mensualmente la CVC emite los turnos de riego que son asignados a cada usuario según su necesidad, y es Asobolo la encargada de ejercer un control de vigilancia para que todos puedan tener el derecho al agua. Asegura la Corporación que para estos turnos de riego se ha hecho el inventario de los usuarios que se abastecen de las principales derivaciones del río, se ha verificado si la persona tiene o no la concesión de aguas legalizada y diariamente se toma el reporte de caudal del río para determinar el valor que será asignado a cada uno.

Inauguración de acueducto en Villagorgona                                                           Inauguración del Acueducto en Villagorgona

De manera simultánea, la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia (Asocaña), a través de una investigación liderada por Cenicaña al sector azucarero, lograron reducir el consumo de agua en fábrica por fuentes externas en un 14 % entre los años 2013 y 2015, así lo detalló su informe anual 2015 – 2016.


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