El fotógrafo Adrián Ávila logró esta imagen con su drone en un barrio de Cimitarra, donde la comunidad decidió cuidar las aves y protegerlas del tráfico de fauna con un alambre de púas.
Foto: Adrián Ávila / Ecolecúa
Con sus fuertes picos, una pareja de esta especie de aves fue perforando el tallo para construir así lo que sería su lecho de amor, en el casco urbano de Cimitarra, Santander.
Desde entonces, los habitantes del barrio Villa del Río y el fotógrafo Adrián Ávila, quien logró esta imagen con su drone, se han convertido en celosos cuidadores de estos ejemplares perseguidos por traficantes de fauna silvestre.
Una corona de alambre de púas fue puesta por los vecinos cerca del nido para evitar que sean cazadas y víctimas del tráfico de fauna silvestre.
Según dijo Adrián Ávila a varios medios regionales, la pareja de guacamayas ya ha tenido varias generaciones de crías, por lo que, con su drone, los vigila constantemente para que sus crías no sean víctimas de quienes los capturan para venderlos de manera ilegal.
La guacamaya por su colorido plumaje es de las aves que más persiguen lo traficantes, por lo que se estas personas hacen un llamado para protegerlos.
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