Debido a la pandemia del coronavirus, los paquidermos lograron ser liberados de las cadenas y los pesados asientos de madera en los que cargaban a los visitantes.
Foto: Mochilerosentailandia.com
Aunque esta actividad era considerada como una de las mayores atracciones turísticas de Tailandia quedó abolida tras fuertes discusiones lideradas por el grupo animalista Moving Animal, los mismos que argumentaron en reiteradas ocasiones el maltrato que recibían los elefantes.
En las exposiciones realizadas a manera de denuncia, contaban cómo los elefantes bebés eran apartados de sus madres para entrenarlos y aprender trucos como el de patear pelotas, lanzar dardos o pintar cuadros.
Fue así como después de recibir fuertes críticas por varios años, el ‘Campamento de Elefantes de Maesa’, de la ciudad de Chiang Mai, en Tailandia, tuvo que poner fin a los paseos de turistas y espectáculos que se realizaban con estos animales y ahora solo se podrán observar y aprender de su comportamiento, medida que según sus directivos estaba casi tomada, pero que la pandemia del coronavirus “solo aceleró”.
"Desde que ingresamos al negocio en 1976 montar en elefantes siempre ha sido la actividad favorita de los turistas. Pero debido a que el coronavirus se ha extendido, hubo cada vez menos y finalmente el gobierno nos ordenó cerrar, así que retiramos las sillas para liberar a los elefantes", explicó Anchalee Kalampichit, la directora del Campamento de Elefantes Maesa.
Asimismo, el día en que el Campamento de Elefantes de Maesa logre reabrir sus puertas, cambiará su nombre por el Centro de Conservación de Elefantes Maesa, donde implementarán un programa de voluntariado que permitirá cuidar a los mamíferos durante una semana, convivir con la comunidad local y conocer más sobre la cultura lanna.
"No planeamos volver a colocar los soportes de los asientos en los elefantes. Queremos cambiar el estilo del lugar y encontrar formas más naturales para que el público pueda disfrutar de ellos. No los usaremos más para entretener turistas", dijo la directora del lugar.
Aunque la medida contempla la liberación de los mamíferos, en realidad no significa dejarlos en el mundo salvaje, pues además de que según la ley tailandesa es ilegal, el devolverlos a la vida salvaje, consideran en el centro, no sería la mejor opción debido a la falta de espacio y la insuficiencia de comida.
En Tailandia hay más de 3.800 elefantes domesticados y al menos otros 3000 viven en espacio salvaje.
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