EE.UU. hace parte de las naciones que anunciaron la reversión de una serie de normativas ambientales.
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"A la luz de la crisis ambiental mundial que precede al COVID-19, estas acciones son irracionales, irresponsables y ponen en peligro los derechos de las personas vulnerables", manifestó David Boyd, experto en derechos humanos de la ONU.
El comunicado del experto se produce tras el anuncio realizado por varios gobiernos donde indican que están reduciendo sus exigencias medioambientales, suspendiendo los requisitos de vigilancia ambiental, disminuyendo la aplicación de las normas ecológicas y limitando la participación pública.
"Es probable que estas decisiones políticas den lugar a un deterioro acelerado del medio ambiente y repercutan negativamente en una amplia gama de derechos humanos, como el derecho a la vida, la salud, el agua, la cultura y la alimentación, así como el derecho a vivir en un entorno saludable", argumentó.
Boyd señaló que, tal y como nos indican las evidencias científicas, las personas que habitan en zonas con mayores niveles de contaminación atmosférica, sufren un mayor riesgo de muerte prematura a causa del COVID-19. "Del mismo modo, el acceso al agua limpia es esencial para evitar que las personas contraigan y propaguen el virus", dijo.
Según el relator, una de las lecciones que se pueden extraer de la pandemia del coronavirus es que demuestra la vital importancia de conservar "un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible".
Lecciones aprendidas con otras enfermedades
Del mismo modo, el experto destacó que tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas emergentes son por "zoonosis", es decir, que se transmiten de los animales salvajes o domesticados a los humanos, como es el caso del ébola, el SARS, el MERS, y ahora con el COVID-19.
"Los científicos nos advierten que la deforestación, la agricultura industrial, el comercio ilegal de vida silvestre, el cambio climático y otros tipos de degradación ambiental aumentan el riesgo de futuras pandemias, elevando la probabilidad de graves violaciones de los derechos humanos", denunció.
Así, Boyd advirtió que una decisión "miope" como la de debilitar o interrumpir las regulaciones ambientales solo servirá para empeorar aún más la situación.
En su opinión, lo que deben hacer los Gobiernos es "acelerar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030", ya que conseguir "un medio ambiente sano es una forma eficaz de prevenir pandemias y proteger los derechos humanos".
EPA de EE.UU. suspendió la aplicación de las leyes ambientales en industrias por COVID-19