Ante el nuevo habeas corpus, la Corporación explicó que el animal tiene comportamientos atípicos y que antes de liberarlo debe asegurar que sobrevivirá en buenas condiciones.
Foto: Corantioquia
En las últimas horas se conoció sobre la nueva solicitud de Habeas Corpus, un recurso legal igual al que se presentó para el oso Chucho, con el fin de que sea liberado. En este nuevo caso se trata de la osa remedios que permanece en el Zoológico Santa Fe de Medellín. Como es bien sabido, el caso de Chucho, y ahora el de Remedios, ha llamado la atención nacional pues la Corte Constitucional recibió el caso y ahora estudia si los animales son sujetos de derechos.
Ahora, Corantioquia acaba de informar sobre las condiciones en las que se encuentra Remedios: se trata de un oso de anteojos macho (Tremarctos ornatus) recuperado en el municipio de Remedios el 23 de diciembre de 2017, tras ser entregado voluntariamente por una familia de la vereda La Cooperativa, la cual había mantenido al animal en su casa durante más de un mes.
El equipo de fauna silvestre lo entregó al Zoológico Santa Fe para valoración veterinaria y como sitio de paso, ya que esta entidad cuenta con la infraestructura y el personal adecuados para el caso, tratándose de un mamífero de gran tamaño.
El 26 de diciembre de 2017 se hizo comité técnico para analizar su posible readaptación, teniendo en cuenta aspectos de logística, personal, adecuaciones, infraestructura, seguimiento, monitoreo y tiempo. Sin embargo, la situación era adversa, pues el oso tenía un comportamiento altamente amansado y estresado, debido al tiempo que pasó con la familia, siendo incierto el éxito de un proceso de reintroducción al hábitat.
El Zoológico Santa Fe ha enviado informes periódicos del estado del animal. El oso, hoy juvenil, ingresó como infantil con un cuadro de anemia y diarrea, se le hicieron exámenes para descartar enfermedades que pudiera haber obtenido de animales domésticos y fue puesto en una zona de cuarentena hasta que estas situaciones de salud fueron controladas.
Debido a su crecimiento acelerado se trasladó a una zona de manejo distinta. Con 19 kilos de peso, el 13 de abril de 2018 fue trasladado a la zona de exhibición, donde hay una infraestructura que le permite desarrollar comportamientos naturales propios de su especie. Sin embargo, el oso está condicionado a los humanos por el manejo y cuidado que se le dio ante las necesidades médicas que tenía al principio.
Además, la especie, cuando son cachorros, tienen un cuidado parental de al menos dos años. Aunque se realizó el intento de readaptación y rehabilitación este osezno mostró conductas de amansamiento que no han cambiado a pesar del trabajo realizado, que incluyó manejo y alimentación de un cuidador con un disfraz dummie para imitar a la madre natural.
Según protocolos basados en principios de bienestar animal y conservación del patrimonio ambiental consignados en la resolución 2064 de 2010 del Ministerio de Medio Ambiente, una liberación exitosa debe garantizar la supervivencia de los animales en su hábitat natural y que presenten un comportamiento independiente de los humanos; realizar una liberación sin que se cumplan dichas condiciones iría contra la Ley 1774 del 2016, artículo 1º y 3º, debido a que no se garantizaría que esté libre de sufrimiento y dolor, ya que por problemas conductuales no gozaría plenamente de la libertad al no poder reconocer el alimento, a sus congéneres, sus lugares de anidación, depredadores y presas.
Para las autoridades ambientales el animal, que cuenta hoy con 70 kg de peso, aún no tiene destino final. Hasta el momento no existe un acta de entrega definitiva del oso al Zoológico Santa Fe. “Actualmente se adelantan gestiones con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá para obtener el concepto técnico de expertos en la especie, nacionales e internacionales, a fin de determinar si es viable adelantar un posible proceso de rehabilitación y posterior liberación”, concluye la entidad.
Este jueves la Corte Constitucional evalúa hasta dónde llegan los derechos de los animales