Innovación en materiales para la fabricación de bolsas, pitillos, entre otros productos, emplean una mezcla de componentes que facilita y acelera su degradación.
Pitillos innovadores/Pexels
Recientes datos revelados por la ONG Greenpeace, revelan que tan solo el 30% del plástico que se consume en el mundo se recicla y que la mayoría del mismo, cerca de 1 millón de toneladas termina en los océanos causando graves problemas ambientales.
El plástico tarda hasta 500 años en biodegradarse y ha sido una de las grandes causas de la desaparición de especies animales y vegetales en el mundo, especialmente en el mar. Ante este panorama, desde hace varios años han surgido iniciativas que pretenden desarrollar alternativas al plástico pero el proceso no ha sido fácil. En unos casos porque en realidad el proceso de degradación sigue siendo demorado y en otros por los altos costos.
En la ciudad de Cartagena la empresa Ecolines International, que nació hace 6 meses tras la unión de 3 socios, implementó un proceso innovador para la fabricación de bolsas, pitillos, entre otros productos, con una mezcla de componentes que facilita y acelera su degradación.
“Yo siempre he estado interesado en proyectos amigables con el medio ambiente. Antes de Ecolines, yo tenía una empresa que fabricaba vasos de cartón como los que ves en los restaurantes de cadena. Desafortunadamente la empresa nunca tuvo el número de ventas necesarias para hacerlo sostenible y por eso tuvimos que finalizar ese proyecto, Luego decidí unirme con 2 amigos que están en el exterior y fundamos Ecolines”, explicó Jorge Iván Hernández, gerente.
La compañía utiliza una tecnología de la cual es pionera en el país y que consiste en la combinación del polietileno común con el maíz en la elaboración del producto. Esto permite que una vez desechada la bolsa, las bacterias que contribuyen en el proceso natural de descomposición del maíz también actúen sobre el plástico digiriéndolo y agujerando su estructura logrando su degradación en tan solo 1 año y medio.
Materia prima biodegradable
“Nuestros productos están compuestos en un 90% del polietileno habitual y un 10% de fibra de maíz. Esta fibra contiene una enzima que hace que el plástico se desdoble y que se vuelva permeable permitiendo que las bacterias la consuman y desaparezca en un tiempo menor. Una bolsa de nuestra empresa tarda no más de 18 meses en biodegradarse y nuestros pitillos lo pueden hacer en solo 4 meses. Un tiempo menor si se compara con el proceso normal que tarda varios siglos”, señaló Hernández.
Esta modalidad de combinar plástico y maíz ya ha sido probada en varios países, como EE.UU y Alemania, donde incluso existen patentes registradas. Lo que se busca es que las bolsas y otros productos conserven las propiedades de las fabricadas 100% en plástico, especialmente su resistencia para cargar productos. Por otro lado, fabricar las bolsas totalmente en fibra de maíz aumentaría excesivamente los costos de fabricación y por ende de venta al público lo que dificultaría la sostenibilidad de la empresa
“El gran problema que ha tenido la industria de productos biodegradables en el mundo han sido los costos de producción. En este caso, como solo usamos un porcentaje mínimo de maíz en el proceso, el costo se incrementa en no más de 30 o 35%. Es decir si una bolsa 100% de plástico cuesta $100 una bolsa de nuestra empresa puede costar $130 o $135 o incluso menos si se compra en grandes cantidades lo cual es una cifra aún accesible. Si la fabricamos totalmente en maíz el precio puede aumentar hasta 300% y será casi imposible de vender”, agregó.
En la actualidad, Ecolines maneja como principal política comercial las ventas por encargo por lo que solo fabrica el número exacto de bolsas y productos necesarios en cada venta con el fin de no agotar la materia prima de forma innecesaria.
Además hay que tener en cuenta que los productos elaborados bajo esta modalidad comienzan un proceso de descomposición muy poco tiempo después de su fabricación por lo que no es conveniente producirlos para dejarlos en stock sino cuando su venta ya está asegurada para que sean utilizados en el menor tiempo posible.
Tecnología viable y sostenible
Jorge Hernández señala que la principal ventaja que su empresa tiene en comparación con otras empresas de la región que fabrican productos biodegradables radica en la tecnología que utilizan.
La modalidad utilizada por Ecolines garantiza que la bolsa se degrade por completo mientras que otras empresas utilizan como método impregnar el plástico con un líquido con un componente corrosivo que con el tiempo hace que la bolsa se desintegre pero quedan las partículas lo cual sigue siendo perjudicial para al medio ambiente.
Proceso de fabricación bolsa biodegradable
Mercado difícil
Teniendo en cuenta que nació hace apenas 6 meses, Ecolines se encuentra en un proceso de consolidación que busca el establecimiento de relaciones comerciales sólidas que permitan su sostenimiento. Dentro de sus principales clientes aparecen restaurantes, supermercados, fábricas, entre otros, aunque, sus gerentes admiten que el proceso ha sido lento porque muchas empresas no han mostrado interés en su producto.
“En términos generales existe una especie de hipocresía generalizada en la industria colombiana. Muchas empresas a través de redes y de dientes para afuera hablan de su compromiso ambiental y la sostenibilidad pero a la hora de la verdad no hacen nada por transformar sus procesos productivos para hacerlos más amigables con el medio ambiente. Nosotros pensamos que el proceso de comercializar iba a hacer un poco más llevadero pero nos hemos encontrado con esta difícil realidad pese a que ofrecemos muchas ventajas”, lamentó Hernández.
Pese a lo anterior, en menos de un año en el mercado, ya cuentan con enlaces comerciales en Bucaramanga, Bogotá, Medellín, entre otras ciudades en donde se han implementado estrategias publicitarias y se han logrado acercamientos con clientes potenciales que han mostrado interés en el producto.
Como aún no ha completado su primer año fiscal, no existen estados financieros o contables que den cuenta del número real de ingresos de la empresa. Además sus propietarios han decidido, por el momento, mantener esas cifras en secreto. Sin embargo, pese a la apatía hacia este tipo de productos alternativos, señalan que todo marcha según lo previsto al inicio de la empresa y las proyecciones hacia el futuro son interesantes.
Conciencia ambiental
Hernández señala que además de lo relacionado con los costos de fabricación, el principal obstáculo que tiene este tipo de empresas es el desinterés por el consumo de estos productos, especialmente en los países de América latina.
“Es paradójico que el impacto positivo de estas iniciativas está suficientemente comprobado pero aún sigamos haciéndole daño al medio ambiente pero es principalmente porque aún la gente desconoce su existencia. Es ahí donde empresarios, medios de comunicación, entre otros actores nos debemos dar a la tarea de masificar y difundir el mensaje de productos amigables con nuestros ecosistemas. No es posible que sigamos acabando nuestro mundo cuando tenemos la solución en nuestras manos”, concluyó.
Pitillos biodegradables / Fuente imágenes:Ecolines