La investigación fue publicada en la revista especializada Environmental Research Letters.
Esa es la conclusión a la que llega el estudio publicado por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados de Austria, en cooperación con el Instituto Meteorológico Noruego, la Universidad de Tecnología Chalmers de Suecia y el Centro de Coordinación para Efectos de Holanda."Muchos países han estado subvencionando el diésel por considerar que sus emisiones contribuyen en menor grado al cambio climático", indica Jens Borken-Kleefeld, del IIASA.
Pero ante la evidencia de la responsabilidad de los óxidos de nitrógeno (NOx) en el desarrollo del cáncer en las personas, los expertos recomiendan que "deberían replantearse esa política de subvencionar el diésel".
Foto tomada de www.apaga51.blogspot.com.co
En el 2015, un estudio de la misma organización advirtió que el aire en el continente supera los límites de contaminación fijados por la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud.
"Alrededor de 425.000 muertes prematuras anuales se asocian con los niveles actuales de contaminación atmosférica”, alerta la investigación. De los cuales, "más del 90 % de esas muertes son causadas por enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con la exposición a material particulado, del que el NOx es un precursor clave".
El mismo estudio recuerda el fraude realizado por el grupo automovilístico Volkswagen, destapado hace dos años, por la manipulación de los datos sobre esas emisiones de sus vehículos.
"Este nuevo estudio estima que cada año unas 10.000 muertes prematuras pueden atribuirse a las emisiones de óxidos de nitrógeno de los automóviles, furgonetas y vehículos comerciales ligeros de motores diésel", indica la institución en un comunicado.
Y la mitad de esas muertes se debe -según los expertos- a que las emisiones de NOx superan los límites establecidos. Aunque a pesar de que estos topes se cumplan, el diésel continuaría siendo claramente más perjudicial para la salud humana que la gasolina.
Así, los científicos estiman que cuatro de cada cinco muertes por NOx se evitarían si todos los coches diésel se sustituyeran por otros de gasolina, es decir que de los 10.000 fallecimientos anuales, se evitarían 8.000.