El informe, realizado por el Centro de investigaciones oceanográficas e hidrográficas (CIOH) da cuenta que Cartagena se hundió 10 milímetros en los 2 últimos años, muy por encima de los 2 milímetros anuales que se presentan en otras zonas del planeta en ese mismo periodo.

 Según el CIOH, la situación es el resultado de una combinación entre factores naturales y artificiales que han provocado que el terreno ceda y se sumerja cada vez más en el océano.

El estudio permitió el hallazgo de más 300 cráteres que son marcas de gas, en el norte de la bahía de Cartagena, los cuales se habrían originado por la extracción de gas en la región y han permitido que el suelo se vuelva inestable. “El gas natural por la extracción de petróleo, al salir al exterior, hace que el nivel del terreno descienda. Cuando miramos el efecto combinado del ascenso del nivel del mar y el terreno descendiendo, se puede ver cómo la línea de costa avanza mucho más en el terreno. Esto pasa particularmente en Cartagena”, expresó Carlos Andrade, experto en ciencias oceanográficas y quien apoyó este estudio.

El estudio reveló que la ciudad se sumerge en razón de 5 milimetros por año. En la mayoría de ciudades costeras el promedio es de 2 milimetros /Foto: El Universal

Según Andrade esta situación se une al aumento generalizado de las mareas en todo el mundo como consecuencia del cambio climático y el derretimiento de los polos y al crecimiento exponencial de la construcción de edificios en los balnearios de la ciudad. “Lo que sucede aquí es que se ha producido una desafortunada combinación de factores. Por un lado el crecimiento de las mareas que el algo muy difícil de controlar, toda vez que es una consecuencia de un problema mundial. Por otro lado, la gran cantidad de edificios que se han levantado en las zonas de Castillogrande, Bocagrande y El Laguito, cuyo terreno es de compactación simple ya que es mayoritariamente de naturaleza marina y no soporta el peso de los edificios”, agregó Andrade.

El experto, aseguró que una posibles solución sería hacer pendientes lo suficientemente finas y suaves para disipar la energía del oleaje, las que permitirán hacer dunas estabilizadas y continuas a lo largo de la playa en puntos estratégicos de la ciudad. También propone incorporar los caños y lagunas al cambio, de lo contrario la ciudad se va a inundar.