Ambientalistas han calificado la decisión como un enorme retroceso que se suma a casi una docena de decisiones que podrían poner a EE.UU. como el país más contaminante del mundo.
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La administración Trump anunció un nuevo plan regulador destinado a mantener activas cientos de centrales de carbón que el presidente Barack Obama quería cerrar cuanto antes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos.
Denunciada de inmediato por ambientalistas, la decisión apunta a materializar el compromiso de la campaña de Donald Trump de anular los estándares ambientales de la era Obama considerados ilegales y destructivos de empleos, especialmente en regiones que le son leales al presidente como Virginia Occidental y Kentucky.
Las medidas son básicamente dos. En primer lugar, dejará en manos de los estados las regulaciones en torno a las emisiones de dióxido de carbono, con lo cual el Gobierno de Trump reemplaza la exigente legislación medioambiental del expresidente Barack Obama que centralizó esas exigencias.
La nueva norma tiene por objetivo reducir los costos energéticos en los que incurren las empresas y entraría en vigor por decreto del presidente Donald Trump. El director de la EPA, Andrew Wheeler, dijo en rueda de prensa que la nueva normativa permitirá a los consumidores ahorrar dinero y a los trabajadores mantener sus puestos, al tiempo que se protege el medioambiente.
"Somos el único país del mundo que considera el carbón como una energía del futuro, cuando el futuro es aire limpio, energía limpia", dijo Gina McCarthy, quien fue directora de la EPA en el anterior gobierno, en CNN.
Por otro lado, la norma dejaría atrás el plan para cerrar a mediano plazo las plantas de carbón para migrar hacia las energías limpias. El Gobierno Obama hablaba de una reducción de gases de efecto invernadero en un 32%.
Los 2.043 millones de toneladas métricas de gases que calientan la atmósfera que EEUU emitió en 2014 al producir electricidad son el triple que todos los que produjo la cuarta mayor economía del mundo, Alemania -contando generación eléctrica, transporte y consumo industrial y privado en ese país.
Sin embargo hay que decir que la EPA desmiente las advertencias de los ambientalistas porque si los estados cumplen a cabalidad con un plan de transición energética y de reducción de emisiones, el CO2 podría disminuir 1,5% más que lo proyectado por el Gobierno anterior.