Domingo, 19 Enero 2025

Un estudio publicado en la revista Nature revela que los incendios forestales catastróficos han aumentado notablemente, y el cambio climático parece un factor determinante.

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En el estudio publicado en Nature Ecology and Evolution, Calum Cunningham, ecólogo de la Universidad de Tasmania en Hobart, Australia y su equipo analizaron casi 31 millones de incendios diarios durante dos décadas utilizando registros infrarrojos para medir la intensidad energética, centrándose datos satelitales globales sobre la actividad de incendios, utilizando registros infrarrojos para medir la intensidad en los eventos más extremos (aproximadamente 2,900).

Los cientificos calcularon que la frecuencia de eventos extremos aumentó 2.2 veces a nivel mundial entre 2003 y 2023, y la intensidad promedio de los 20 incendios más intensos cada año aumentó 2.3 veces. "Nos preocupan los fenómenos extremos, y esos son los que están aumentando de manera significativa", afirma Cunningham "Sorprendentemente, esto nunca se había demostrado a escala global".

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/Nature/

Los investigadores señalan que esta tendencia se debe al crecimiento exponencial de estos incendios en amplias zonas de Canadá, el oeste de Estados Unidos y Rusia. Aunque ya se ha documentado un aumento en la actividad de incendios forestales en los bosques del oeste de Estados Unidos, identificar una tendencia global clara ha sido más complejo. Un factor que complica la situación es que la cantidad de tierra quemada anualmente ha disminuido debido a una reducción constante de la actividad de incendios en las praderas y sabanas africanas.

Los bosques más afectados por incendios extremos fueron aquellos en el oeste de América del Norte que contienen árboles coníferos, como abetos y pinos, los cuales mostraron un aumento de 11.1 veces en el número de incendios durante el período de estudio. Los bosques boreales en latitudes altas de países como Canadá, Estados Unidos y Rusia también se vieron significativamente afectados, con un aumento de 7.3 veces en los incendios.

Aunque el estudio no conecta directamente la tendencia de los incendios con el calentamiento global, Cunningham sostiene que "es casi seguro que hay una señal significativa de cambio climático". Las investigaciones han demostrado que el aumento de las temperaturas está secando ecosistemas, como los bosques de coníferas, que son naturalmente propensos a los incendios.

El estudio también encontró que la intensidad energética de los incendios aumentó más rápidamente durante la noche en las últimas dos décadas, lo que concuerda con la evidencia de que el aumento de las temperaturas nocturnas está contribuyendo al riesgo de incendios.

Los investigadores identificaron incendios extremos en otros biomas del mundo, incluidos los de Australia, que experimentó incendios forestales sin precedentes en 2019 y 2020, y el Mediterráneo. Aunque no observaron tendencias claras en estas regiones, Cunningham advierte que podría ser solo cuestión de tiempo antes de que surjan a medida que las temperaturas sigan aumentando.

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