Paola Rodríguez Castellanos
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Bióloga M.Sc. en Biología de la Conservació Universidad Complutense de Madrid. Divulgadora y comunicadora científica con experiencia en investigación y monitoreo de carnívoros, tráfico ilegal de fauna y estrategias de coexistencia humanos – fauna silvestre.
El jaguar dentro de las seis especies de felinos registradas para Colombia, es la especie más grande, una característica muy notoria, son su manchas negras en forma de roseta que se pueden apreciar sobre su pelaje. Habita en zonas con buena cobertura desde el nivel del mar a los 3000 metros. Una de las importancias de esta especie es el control poblacional sobre las 85 especies de animales que hacen parte de su dieta, favoreciendo la salud de los ecosistemas y asegurando servicios ambientales vitales para el humano. En los últimos 30 años las poblaciones de jaguar han disminuido y en algunas localidades se han extinguido, una de las mayores causas las interacciones negativas entre humanos y jaguares, como lo son los ataques accidentales de jaguar a humano, que en algunos casos provocan la muerte de alguno.
¿Por qué un jaguar puede atacar a un humano?
No es fácil responder está pregunta porque son varias las causas a considerar. Los jaguares necesitan de un hábitat óptimo donde encuentren disponibilidad de agua, que sea extenso, con buena cobertura, conectividad y una buena disponibilidad de presas; hasta el día de hoy y a un ritmo acelerado han perdido la mitad de este hábitat.
La agricultura y la ganadería a escalas industriales, la colonización y urbanización de zonas naturales, la contaminación, la cacería y el tráfico ilegal de estas especies y sus presas generan que en un mismo territorio en el cual coexistían gente y jaguares sin problemas se produzcas interacciones negativas, ¿cuántas veces hemos escuchado sobre el ataque de un jaguar a un humano en nuestra localidad?. Se suma al aumento de este tipo de interacciones la prensa sensacionalista que contribuye a una mala gestión de la problemática y aumenta el peligro para humanos y jaguares.
Los ataques de Jaguar a personas se dan si hay:
- Aumento la deforestación y ganadería expansiva sin manejo y disminución de las presas del jaguar. El ser humano no hace parte de la dieta del jaguar. Este felino evita los encuentros con humanos, por eso es muy difícil observarlos en su entorno natural. Si hay un manejo adecuado de la ganadería las probabilidades de ataque a animales o humanos se evitan (Ver Los felinos y la gente de la estrella fluvial Inírida - EFI: compartiendo el territorio)
- Cacería retaliativa, es decir, por venganza que se da por los humanos al jaguar cuando este ha depredado algún animal doméstico o accidentalmente ha atacado a un humano. Un jaguar malherido en un intento de caza fallido por un humano es potencialmente peligroso para las comunidades humanas aledañas.
- Cacería y tráfico ilegal está actividad ilegal va en aumento el jaguar es traficado para comercializar sus partes o como atracción turística. Un jaguar con crías siempre será potencialmente más peligroso para el humano.
- Carencia de programas de coexistencia humanos – felinos. Hay pocos programas que investiguen y creen estrategias para la coexistencia entre humanos – jaguares. Sin protocolos estandarizados para recopilar y analizar la información es difícil hacer un buen manejo (Ver Conviviendo con Felinos - Córdoba Biodiversa)
- Mala divulgación y comunicación de la problemática. Se generan noticias sensacionalistas y descontextualizadas de los ataques, las cuales incentivan la cacería retaliativa o fomentan sentimientos de odio.
Recomendaciones para prevenir ataques
- Producir ruido. Se puede probar con un pito, campana, tapa de metal o elemento a la que cause un ruido estruendoso. Reproducirlo antes de hacer cualquier actividad en una zona boscosa.
- No parecer una presa. No se debe realizar ningún comportamiento que se asemeje al comportamiento de una presa.
- Los niños nunca deben ir solos. Es aconsejable reunir a los niños de la localidad y de una manera clara explicarles el protocolo a seguir en caso de presencia de un jaguar.
- Estar alerta sobre las posibles señales de que un jaguar pueda estar merodeando. Observar el entorno en busca de rastros del jaguar como huellas, rasguños, heces o restos de su comida e informarlo a la comunidad.
- Retirar los restos de animales muertos. Solamente en el caso de que sepamos que un jaguar está muy cerca de nuestro territorio debemos encargarnos de enterrar los restos de cualquier animal muerto.
- Usar máscaras en la parte trasera de la cabeza que imiten una cara humana. Esto podría funcionarnos como elemento que produce un efecto sorpresa hacia el jaguar.
- Remover vegetación cercana a nuestras viviendas. Esto ayudará a que el felino no tenga forma de esconderse y atacarnos de manera sorpresiva.
- Tener perros domésticos. Los perros pueden alertarnos de la presencia de un jaguar y en algunas ocasiones nos ayudan a ahuyentarlo enfrentándolo. Sin embargo se debe tener en cuenta que no todos los perros pueden llevar a cabo este comportamiento.