Según análisis de la Universidad Nacional, los pasajeros del sistema de transporte están expuestos a ‘autocontaminación’ que sobrepasa los niveles sugeridos.

Desde la facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional se implementó una tecnología para simular la dispersión de material particulado PM2.5 en estos vehículos, conocida como Dinámica de Fluidos Computacional (CFD).
Este enfoque le permitió evaluar en detalle el flujo de contaminantes dentro y fuera de los buses de transporte público como los de Transmilenio, además de conocer pormenores del comportamiento de estos fluidos mediante cálculos numéricos.
“Nuestro análisis se enfocó en partículas PM2.5 porque estas corresponden a la fracción respirable por los humanos, se pueden depositar en los alveolos pulmonares y están directamente relacionados con enfermedades respiratorias, cardiorrespiratorias y cáncer de pulmón”, asegura el magíster en Ingeniería Ambiental, Fredy Alejandro Guevara Luna.
La campaña de medición consideró recorridos en tres troncales: Calle 26, desde la estación Las Aguas hasta el Portal El Dorado; Calle 80, desde el Portal 80 hasta la estación Polo, y Caracas, desde la estación Héroes hasta Tercer Milenio.
La concentración promedio en la troncal Calle 26 fue de 54 µg/m3 (microgramos por metro cúbico), en Calle 80 fue de 214 µg/m3 y en Caracas de 226 µg/m3. Estos valores superan hasta en 22 veces lo establecido en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 10 µg/m3.
Según explica el investigador, en diálogo con Catorce6, estos valores pueden ser comparados, de manera apróximada, con el daño que puede hacer el fumar 10 cigarrillos.
Pero además, el modelo también señaló que en la parte trasera del bus se presentan mayores concentraciones de PM2.5, y además se verificó que existe una relación inversa entre la velocidad del automotor y el nivel de autocontaminación.