Aunque la investigación fue hecha en una selva de Puerto Rico, los resultados comprueban un fenómeno que podría presentarse en todas las zonas tropicales del mundo.
Foto: Pexels.com
Los artrópodos, invertebrados con exoesqueleto y apéndices como los insectos, las arañas y los crustáceos, están disminuyendo en todo el mundo a un ritmo alarmante y podrían desaparecer de la Tierra por culpa del calentamiento global, según indica un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés).
Los artrópodos, invertebrados con exoesqueleto y apéndices como los insectos, las arañas y los crustáceos, están disminuyendo en todo el mundo a un ritmo alarmante y podrían desaparecer de la Tierra por culpa del calentamiento global, según indica un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés).
El estudio encontró que se ha perdido un gran número de insectos en un bosque nacional en Puerto Rico, y los animales que se alimentan de insectos del bosque también han desaparecido.
En 2014, un equipo internacional de biólogos estimó que, en los últimos 35 años, la abundancia de invertebrados como los escarabajos y las abejas había disminuido en un 45 por ciento. En lugares donde se dispone de datos de insectos a largo plazo, principalmente en Europa, el número de insectos ha disminuido notablemente. Un estudio realizado el año pasado mostró una disminución del 76 por ciento en insectos voladores en las últimas décadas en las reservas naturales de Alemania.
El último informe, publicado esta semana y que recoge las investigaciones anteriores, muestra que esta sorprendente pérdida de abundancia de insectos se extiende a América. Los autores del estudio implican al cambio climático en la pérdida de invertebrados tropicales.
En particular, la investigación estuvo centrada en la cantidad de aves, ranas, lagartijas, insectos y otros invertebrados, como arañas y ciempiés. Para ello, se emplearon placas cubiertas con pegamento, además de recolectar muestras del suelo y de la vegetación. De esta manera, se demostró que la biomasa, es decir, la cantidad de materia viva en el ecosistema, había disminuido de forma alarmante desde los setenta hasta la actualidad.
“Usando la misma área de estudio y los métodos empleados por Lister en la década de 1970, descubrimos que la biomasa en peso seco de los artrópodos capturados en muestras de barrido había disminuido de 4 a 8 veces, y de 30 a 60 veces en trampas pegajosas. El análisis de datos a largo plazo reveló disminuciones sostenidas en la abundancia durante dos décadas, así como regresiones negativas de la abundancia en las temperaturas máximas medias” dice el estudio conocido por Catorce6.
Lo más grave, según los investigadores, es que esto se trata de un efecto dominó; al disminuir la cantidad de insectos, los animales que dependen de ellos para alimentarse, como las aves y las lagartijas, también registraran una baja en sus números.