Desde septiembre del año pasado, cuando tres ministros, entre ellos el de Medio Ambiente, firmaron el Decreto 1780 de 2015, que da vía libre para que especies foráneas puedan ser convertidas en locales, con el fin de mejorar la acuicultura en el país, se puso en peligro la biodiversidad colombiana. El problema es que la norma permitiría el acceso de especies con potencial invasor, como las tilapias y las truchas, poniendo en riesgo las poblaciones nativas y las declaradas en vía de extinción como el bagre, sin contar el impacto a la seguridad económica y alimentaria que esta generaría.