El Instituto de Biología de la Conservación de España y las fundaciones Barcelona Zoo y Omacha adelantaron la expedición. La IUCN cataloga “al perro de agua” como especie en peligro.
Foto: Fundación Omacha
Desde hace dos años, sobre 38 km lineales del río Orinoco, caños y lagunas alrededor de Bojonawi, Reserva Natural Natural de la Sociedad Civil se vienen estudiando las nutrias de la Orinoquía.
Ante la poca información conocida y los vacíos de conocimiento, claves para esos planes de manejo y su implementación, el Instituto de Biología de la Conservación de España (IbiCo), con el apoyo de la Fundación Barcelona Zoo y la Fundación Omacha, emprendieron la reciente investigación y que arroja resultados alentadores para esta especie animal.
Partiendo de la base que la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) está en peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) que la cataloga En Peligro (EN), se diseñan estrategias que permitirán erradicar o minimizar las amenazas que se ciernen sobre ellas.
Según la IUCN, aunque su rango de distribución abarca desde Venezuela hasta el norte de Argentina, el boom de la industria peletera en las décadas del 50 y 60, la llevó al borde de la desaparición porque sus pieles eran las más costosas y se usaban sobre todo para confeccionar abrigos. Esta persecución hizo que la nutria huyera del hombre, y aún hoy día que no se las caza, mantienen su recelo y no se acercan a él o a sus embarcaciones.
Así las cosas, el estudio se ha llevado a cabo en las temporadas secas o de aguas bajas (diciembre, enero, febrero y marzo) cuando caños y lagunas presentan sus menores dimensiones y es fácil percibir las nutrias debido a que los peces se concentran y son más fáciles de capturar, los científicos españoles de la mano de investigadores locales, dividieron el área de estudio en 5 sectores que fueron recorridos un mínimo de 5 veces cada uno en bote de motor, canoa o a pie según sus características.
Foto: Fundación Omacha
Establecieron por foto identificación la población de las nutrias y sus grupos familiares, gracias a que cada animal tiene un “babero” pintado en el cuello con manchas que son como una huella dactilar, única para cada individuo. Además de la instalación de cámaras trampa para documentar los ciclos de actividad de las nutrias en el uso de letrinas y madrigueras.
De esta manera fue posible establecer 30 nutrias diferentes integrando 5 grupos y 2 solitarios, lo que marcó una estima poblacional de 0.77 individuos/kilómetro. Esta es la mayor densidad reportada para la cuenca del río Orinoco, y de las más altas reportadas para Colombia, tan alta como en el Pantanal brasileño.
Foto: Fundación Omacha
Dentro del estudio se realizaron más de 100 encuestas a locales y pescadores que indicaron la existencia de un bajo nivel de conflicto nutria-pescador y una percepción positiva de la especie por parte de los pescadores del área de Puerto Carreño que incluso reconocen que el perro de agua es un atractivo para el turista.
Puerto Carreño y el Orinoco han sido poco explotados como recurso turístico, pero sí son un destino reconocido en pesca deportiva y región exportadora de peces ornamentales. Dice Germán Garrote, biólogo español director del estudio: “Los pocos que van alucinan con la belleza del paisaje, ven un potencial brutal y reconocen el valor turístico de la zona. Son de gran atractivo sus áreas abiertas y la posibilidad de ver mucha más fauna que en la Amazonía, por ejemplo. La diversidad paisajística es inmensa, desde afloramientos rocosos hasta rápidos en el río o bosques de galería”. Dice en tono jocoso, “No tienes la humedad del Amazonas y no hay tanto parásito o garrapatas, lo que el turista agradece”.
Él lanza una alerta a las autoridades ambientales: “Antes de que llegue el turismo, es preciso organizarse pronto y tener herramientas para que no llegue un problema como ha ocurrido en otros escenarios donde se ha sobrepasado la capacidad de carga de los ecosistemas y su sostenibilidad; haciendo un daño a la naturaleza y las comunidades. Con respecto a la nutria como una especie para avistamiento turístico, habría que estudiar muy bien su comportamiento para acercarse a ellas sin que se perturben y alteren, y hacer una capacitación especial a los guías turísticos. En Perú está establecida una distancia de seguridad para guardar y se hace la observación responsable sin problemas”.
Foto: Fundación Omacha
El grupo colombo español que desarrolló la investigación está conformado por Germán Garrote, Antón Álvarez, José Manuel Escobar, Laura Pérez y Victoria Asensio de IbiCo, y por Fernando Trujillo y los investigadores locales Beyker Castañeda, Brayan Castañeda y Jacinto Terán de Fundación Omacha.