Expertos ambientales señalan que al encontrar alimento, las aves se quedan en la isla, afectando otras especies y alterando el ecosistema local.
La gente suele alimentar estas especies principalmente en lugares públicos. Autoridades piden no hacerlo / Diario El IsleñoAutoridades ambientales de San Andrés han expresado su preocupación por el significativo aumento de especies de ave invasoras en la isla. Se trata de las especies Paloma y Zanate mexicano, conocido popularmente como ‘María Mulata’.
Según expertos, las dos aves utilizan la isla como lugar de paso durante sus rutas migratorias, sin embargo, al ser alimentadas por nativos, muchas deciden quedarse y anidar lo que representa una clara afectación para el ecosistema local.
“El problema con la paloma no es tan grave ya que no son aves del todo agresivas ni territoriales con otras especies. Sin embargo, la María mulata si es un problema ya que suelen atacar a especies nativas desplazándolas de sus hábitats y robándose sus nidos. Ellas deciden quedarse principalmente porque encuentran una fuente de alimentación. Muchas personas inconscientemente las alimentan pero en realidad estas representan un serio peligro para el ecosistema de la isla. Está claro que tampoco estamos diciendo que hay que eliminarlas. Con solo no darles alimentos ellas se marcharán a otros lugares”, expresó Mathew Johnson, coordinador de protección de aves de la corporación Coralina.
La 'María mulata' puede alcanzar hasta 43 cm de longitud. Se caracterizan por su fuerza y por ser agresivas con otras especies / Diario El Isleño
La 'María mulata' puede alcanzar hasta 43 cm de longitud. Se caracterizan por su fuerza y por ser agresivas con otras especies / Diario El IsleñoAdemás de ser un peligro para otras especies, la presencia de estas aves genera un problema de contaminación por la gran cantidad de heces que producen la cual tarda tiempo en degradarse, originando la presencia de insectos y roedores.
El Zanate mexicano es una especie cuyos individuos pueden alcanzar hasta 45 cm de longitud. Poseen un pico largo y fuerte con el que suelen atacar si se sienten amenazadas. Según datos de Coralina, en la actualidad existen aproximadamente entre 12 y 15 mil ejemplares de esta especie en la isla.
