Jueves, 19 Septiembre 2024

El año pasado, la NASA y la agencia espacial francesa CNES lanzaron el satélite SWOT para estudiar las corrientes oceánicas que desempeñan un papel crucial en el clima.

La misión SWOT (Surface Water and Ocean Topography) utiliza mediciones satelitales precisas de la superficie del mar para rastrear las variaciones en la altura del océano, lo que permite a los científicos estimar las corrientes oceánicas subyacentes. Esto se basa en la física de la fuerza de Coriolis, que desvía las corrientes oceánicas debido a las diferencias de presión en la superficie.

 

Satelite

/Pexels/

Midiendo cuidadosamente la altura de la superficie del mar y utilizando el conocimiento de la fuerza de Coriolis, los oceanógrafos podrán utilizar datos del satélite para revelar las corrientes oceánicas con mayor detalle que nunca. Pero para que esos datos tengan sentido, los investigadores deben comparar las mediciones satelitales con las observaciones realizadas aquí en la Tierra.

Por lo tanto, científicos de todo el mundo se embarcan en expediciones marinas para recopilar datos esenciales sobre las rutas que SWOT orbitará mientras monitorea la Tierra. Esta misión, dirigida por la profesora Moninya Roughan, zarpó el 9 de octubre de 2023, con más de 60 personas, entre científicos, personal de apoyo y tripulación, que pasarán 24 días en el mar, recopilando datos para comprender las corrientes oceánicas que impactan en el cambio climático.

Nuestro planeta está cubierto por vastos océanos que aún son desconocidos, pero albergan ecosistemas vastos y vitales para nuestra supervivencia. Esta misión promete proporcionar a los científicos una visión sin precedentes de la superficie de nuestros océanos. Gran parte de este territorio marino es remoto, algunos puntos están tan alejados de la superficie terrestre que el contacto humano más cercano es con la Estación Espacial Internacional.

A medida que el cambio climático avanza, lo que sucede en nuestros océanos se convierte en un factor crítico que afecta a todos los habitantes del planeta. Monitorear estas regiones distantes es un desafío, pero gracias a la tecnología espacial, estamos comenzando a descubrir más sobre estos vastos mares.

El cambio climático está afectando nuestras redes globales de corrientes oceánicas, lo que puede tener graves consecuencias. Por ejemplo, la profunda "circulación invertida", que transporta carbono, calor, oxígeno y nutrientes desde la Antártida a nivel mundial, se está desacelerando. También, las corrientes fronterizas occidentales, como la Corriente del Golfo y la Corriente de Australia Oriental, que transportan calor desde los trópicos hacia los polos, se están calentando dos o tres veces más rápido que el promedio mundial en el hemisferio sur. Estos cambios pueden alterar significativamente el clima local y los ecosistemas marinos, afectando a millones de personas y especies.

A medida que exploramos estos vastos océanos desde el espacio y el mar, estamos un paso más cerca de comprender nuestro mundo y las acciones que se pueden tomar para protegerlo.

0
0
0
s2smodern