La joven activista ha logrado movilizar a cientos de miles de jóvenes en sus jornadas de viernes por el clima y ha hecho fuertes llamados a los políticos más influyentes del mundo.
Foto: revista Time
Recuerda la revista Time que la historia de la joven activista inició en mayo de 2018, después de que escribiera un ensayo sobre el cambio climático que se publicó en un periódico sueco, un puñado de activistas climáticos escandinavos la contactaron. Thunberg sugirió que emularan a los estudiantes de Marjory Stoneman Douglas High School en Parkland, Florida, que recientemente habían organizado huelgas escolares para protestar contra la violencia armada en los Estados Unidos.
“Los padres de Thunberg estaban menos emocionados al principio ante la idea de que su hija perdiera tanta clase, y sus maestros le sugirieron que encontrara una forma diferente de protestar. Pero Thunberg era inamovible. Elaboró un volante con datos sobre las tasas de extinción y los presupuestos de carbono, y luego lo roció con el descarado sentido del humor que ha hecho que su terquedad se vuelva viral: Mi nombre es Greta, estoy en noveno grado y estoy en huelga escolar por el clima, escribió en cada volante”.
El 20 de agosto de 2018, Thunberg llegó frente al Parlamento sueco, vistiendo una sudadera con capucha azul y con su letrero casero de huelga escolar. No tenía apoyo institucional, ningún respaldo formal y nadie para hacerle compañía.
Para septiembre de 2019, las huelgas climáticas se habían extendido más allá del norte de Europa. En la ciudad de Nueva York, 250,000 marcharon en Battery Park y fuera del Ayuntamiento. En Londres, 100,000 pululaban por las calles cercanas a la Abadía de Westminster, a la sombra del Big Ben. En Alemania, un total de 1,4 millones de personas salieron a las calles, con miles inundando la Puerta de Brandenburgo en Berlín y marchando en casi 600 otras ciudades y pueblos de todo el país. “Desde la Antártida hasta Papua Nueva Guinea, desde Kabul hasta Johannesburgo, se estima que 4 millones de personas de todas las edades se presentaron para protestar”, señala la reseña de Time.
Pero Greta obtuvo su punto de mayor reconocimiento el pasado 23 de septiembre, cuando recibió el aval del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para hablar en la apertura de la cumbre, en donde el mundo escuchó unas palabras enfurecidas, acompañadas de lágrimas y largas pausas entre frases. Tal vez ese tono fue el que resultó llamando la atención de los asistentes, acostumbrados a largos monólogos llenos de lugares comunes.
"Todo esto está mal. Yo no debería estar aquí arriba. Debería estar de vuelta en la escuela, al otro lado del océano. Sin embargo, ¿ustedes vienen a nosotros, los jóvenes, en busca de esperanza? ¿Cómo se atreven?", inició
"Me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías y sin embargo, soy de los afortunados. La gente está sufriendo. La gente se está muriendo. Ecosistemas enteros están colapsando. Estamos en el comienzo de una extinción masiva. Y de lo único que pueden hablar es de dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno. ¿Cómo se atreven?".
Durante su presentación el 10 de diciembre en la COP25, en Madrid, la activista ha pedido esta mañana en Madrid más presión a los Gobiernos para que se tomen en serio la emergencia climática, durante un discurso en el pleno de la Cumbre del Clima de la ONU.
"En solo tres semanas entraremos en una nueva década, una década que definirá nuestro futuro. Ahora mismo estamos desesperados por alguna señal de esperanza, y les digo que hay esperanza, la he visto, pero no viene de los Gobiernos o las corporaciones, viene del pueblo".
Encuentran muñeco con la cara de Greta Thunberg colgado de un puente en Italia