Se estima que la contaminación del aire es responsable cada año, de la muerte de miles de personas en todo el mundo.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Brigham Young en Provo (EE.UU.), comprueba que las enfermedades cardiovasculares que se relacionan con la contaminación atmosférica, también se pueden presentar en personas jóvenes y saludables, no solamente en poblaciones de alto riesgo, como niños y adultos mayores, como solía pensarse.
Los investigadores tomaron muestras de sangre de los participantes en la investigación, durante tres periodos de tiempo y relacionaron las concentraciones sanguíneas de los distintos marcadores de enfermedad cardiovascular con la contaminación, la cual median por medio de la concentración de material particulado menor a 2,5 micras de diámetro (PM2,5) registrada en cada momento.
Gracias a que la ciudad de Provo presenta un clima único y a sus características geográficas, los investigadores evaluaron los marcadores sanguíneos con diversos niveles de contaminación del aire. Los resultados mostraron que la exposición regular a las PM2,5 se asocia con aumento de los niveles de los marcadores de enfermedad cardiovascular en sangre.
Contaminación atmosférica en Provo / Foto: Cortesía James Roh
Aruni Bhatnagar, co-autor de la investigación afirma que "nuestros resultados sugieren que vivir en un entorno contaminado podría promover el desarrollo de hipertensión arterial, cardiopatías y accidentes cardiovasculares de una forma más acusada y a edades más tempranas de lo que hasta ahora creíamos".
El estudio confirma que la exposición continua al aire contaminado aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares ya que concentraciones más elevadas de material particulado, indican la presencia de daño y muerte celular de las proteínas que inhiben el crecimiento de los vasos sanguíneos y que promueven su inflamación. Así que el problema de la contaminación atmosférica no es un tema que solo cause preocupación en poblaciones de alto riesgo, las personas saludables también están propensas a padecer enfermedades por la contaminación del aire.