Un año después de la implementación de la Ley 2232 de 2022, Acoplásticos presentó el balance de su implementación. El sector empresarial juega un papel clave en los avances y desafíos.
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El pasado 7 de julio se cumplió un año desde la entrada en vigor de la Ley 2232, que regula la eliminación progresiva de los plásticos de un solo uso. Según la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos), los avances son significativos, como una reducción del 60 % en el uso de bolsas plásticas en el comercio formal, equivalente a 232 millones de unidades menos en uso.
Un estudio de Kantar, en alianza con Europanel y GfK respalda esta tendencia, ya que el 70 % de los colombianos ya usa bolsas reutilizables y el 47 % prefiere envases de papel frente a los de plástico. Estos datos reflejan un cambio de mentalidad que las empresas pueden y deben aprovechar para acelerar su transición hacia modelos circulares.
Desde la perspectiva empresarial, los impactos de esta ley van más allá de la sostenibilidad ambiental. La inversión acumulada, según Acoplásticos, fue de 150 millones de dólares en infraestructura para reciclaje, así como los 250.000 empleos directos y los 80.000 recicladores vinculados a la cadena productiva, demuestran que adoptar modelos de producción más limpios también genera competitividad.
Si bien el sector industrial ha avanzado en sus esfuerzos por adoptar prácticas más sostenibles, aún persisten importantes retos en materia de gestión de residuos. Colombia produce cerca de 1,4 millones de toneladas de plástico al año, de las cuales solo se recicla el 25 %, según datos del Ministerio de Ambiente. Además, cada año se generan aproximadamente 700.500 toneladas de envases y empaques plásticos, con una tasa de reciclaje que apenas alcanza el 30 %, de acuerdo con WWF Colombia.
Este panorama no solo plantea desafíos ambientales, sino que también abre un abanico de oportunidades para las empresas que decidan apostar por la innovación, el diseño de productos sostenibles y la gestión eficiente de residuos como parte de su estrategia de crecimiento.
Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, subraya que “el esfuerzo del sector ha sido notable”, pero advierte que es indispensable acelerar la reglamentación pendiente, especialmente la Certificación de Economía Circular (CEC) y la definición de estándares claros para materiales biodegradables y compostables.
La transición hacia una economía libre de plásticos de un solo uso no solo es una obligación legal, sino una estrategia empresarial que puede abrir nuevos mercados, reducir riesgos regulatorios y fortalecer la reputación corporativa. Las compañías que lideren este cambio estarán mejor posicionadas para competir en un mercado que valora cada vez más la sostenibilidad y la innovación.