Viernes, 2 Mayo 2025

Gobiernos reunidos en la Novena Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo aprobaron uso agrícola de la sulfluramida. Ambientalistas advierten daños en salud y contaminación.

arriera

Foto: Jardineriaplantasyflores.com

El convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) entró en vigencia en el año 2004, con el ánimo de preservar la salud humana y el ambiente de este tipo de plaguicidas, comprometiéndose los países a eliminar o reducir la producción, utilización, exportación, importación y emisión de COP al medio ambiente.

La Novena Conferencia de las Partes sobre este convenio se desarrolló entre el 29 de abril hasta el 10 de mayo en Ginebra, Suiza, en la que organizaciones de la sociedad civil, como la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAPAL), pidieron la inclusión del hormiguicida sulfluramida en el Anexo B del convenio, de modo de establecer fechas límites para su uso y cambiar la categoría: que en lugar de tener “un uso aceptable” a nivel agrícola por tiempo indefinido, tuviera “exenciones específicas en determinados cultivos”, sin embargo, esto no se logró y los gobiernos aprobaron el uso agrícola de la sulfluramida por tiempo ilimitado.

La sulfluramida es un agrotóxico usado para el control de hormigas cortadoras de hojas, conocidas en Colombia como “arrieras” y se conoce que se degrada en PFOS, un contaminante tóxico, bioacumulable y que persiste en el ambiente por varios años, contaminando agua y suelo.

En lo que respecta a Colombia, entre 2012 – 2016 se importaron cerca de 432 toneladas de insecticidas hormiguicidas a base de sulfluramida, acumulando en el medio ambiente cerca de 1.296 kilogramos de sulfluramida y PFOs, de acuerdo con información de Minagro.

"En lugar de proteger la salud y el ambiente, que es el objetivo del Convenio de Estocolmo, lo que se está protegiendo son los intereses de unas cuantas empresas químicas con sede en Brasil, que han sido hábiles para encontrar aliados en el ministerio de agricultura y proporcionar información parcial al Comité de Expertos que propuso esta decisión tan lamentable" declaró Fernando Bejarano, Punto de Enlace de IPEN (red mundial de ONG que trabaja para eliminar los productos químicos peligrosos) en América Latina.

Según se indicó desde la Red de Desarrollo Sostenible, la decisión de permitir el uso agrícola de la sulfluramida permite que empresas establecidas en Brasil y organizadas en la Asociación Brasileña de Fabricantes de Cebos Insecticidas (ABRAISCA) continúen produciendo y exportando la sulfluramida a países de América Latina, como Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia, Costa Rica y Centroamérica, en marcas comerciales como MIREX, FLUORAMIN, Grao Verde, entre otras. Brasil es el principal productor mundial de sulfluramida, compuesto que se dejó de producir en Estados Unidos, Europa y este año en China.

La decisión de la COP reafirma que no está permitido el uso doméstico o para jardinería de la sulfluramida, lo que consideran debería llevar a la prohibición nacional en países que lo autorizan como Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia, Costa Rica, entre otros. El Convenio también establece que no debe usarse para el control de termitas y hormiga roja de fuego.

 

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