Sobrevivió a la extinción de su especie en los años 70. Le aplicaron la eutanasia en las últimas horas.
/Agencia EFE
Tras agravarse la enfermedad que sufría desde hace varias semanas, los veterinarios de la reserva natural Ol Pejeta en Kenia, donde vivía desde 2009, junto con los del zoológico checo Dvur Králové y el Servicio de Conservación de la Fauna keniana (KWS), decidieron sacrificarlo.
“Su enfermedad empeoró significativamente en las últimas 24 horas; era incapaz de ponerse de pie y lo estaba pasando muy mal”, señala el comunicado de la reserva Ol Pejeta. “Sudán se recuperó con éxito a finales del año pasado de una infección en su pata derecha derivada de su avanzada edad, pero a finales de febrero se descubrió que había recaído y que, esta vez, la afección era mucho más profunda”, agrega la reserva.
Sudán, que logró sobrevivir a la extinción de su especie en los años 70, fue trasladado a un zoológico en República Checa y en 2009 regresó a África, deja dos crías hembras que son ahora la esperanza de esta especie. Antes de su deceso, los médicos veterinarios lograron extraer material genético de Sudán y esperan, con técnicas de genética avanzada, lograr la fecundación artificial. Pero la preocupación es total, ya que esta práctica nunca ha sido realizada en rinocerontes.