Según hallazgos de científicos australianos, la atmósfera superior sobre la Antártida se está enfriando a un ritmo 10 veces más veloz que el calentamiento promedio en el planeta.
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De acuerdo a un informe del portal Sustainability Times, una nueva investigación ha medido con precisión la tasa de enfriamiento en el borde del espacio revelando un nuevo ciclo de temperatura de cuatro años en la atmósfera polar. Los resultados, basados en 24 años de mediciones continuas realizadas por científicos australianos en la Antártida, se publicaron en dos artículos en el Portal de la Unión Europea de Geociencias.
Los hallazgos muestran que la atmósfera superior de la Tierra, en una región llamada "mesosfera", es extremadamente sensible al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. Esto según los autores, brinda una nueva oportunidad para monitorear qué tan bien están funcionando las intervenciones gubernamentales para reducir las emisiones.
El proyecto también monitorea el fenómeno natural conocido como nubes “noctilucentes” o “brillantes nocturnos”. Aunque es un fenómeno llamativo, la aparición más frecuente de estas nubes se considera una mala señal del cambio climático, afirmaron los investigadores.
Estudiando el 'resplandor del aire'
Desde la década de 1990, los científicos de la estación de investigación Davis de Australia han tomado más de 600.000 mediciones de las temperaturas en la atmósfera superior sobre la Antártida. “Hemos hecho esto usando instrumentos ópticos sensibles llamados espectrómetros”, señalaron.
Estos instrumentos analizan el brillo infrarrojo que irradian las llamadas moléculas de hidroxilo, que existen en una capa delgada a unos 87 km sobre la superficie de la Tierra. Este "resplandor de aire" nos permite medir la temperatura en esta parte de la atmósfera, recalcaron.
Según los expertos, los resultados muestran que, en la alta atmósfera sobre la Antártida, el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero no tienen el efecto de calentamiento que tienen en la atmósfera inferior (al chocar con otras moléculas). En cambio, el exceso de energía se irradia al espacio, provocando un efecto de enfriamiento.
La nueva investigación determina con mayor precisión esta tasa de enfriamiento. Durante 24 años, la temperatura de la atmósfera superior se ha enfriado alrededor de 3 ℃, o 1,2 ℃ por década. Eso es aproximadamente diez veces mayor que el calentamiento promedio en la atmósfera inferior, alrededor de 1,3 ℃ durante el siglo pasado, resaltó el informe.
El nuevo ciclo de temperatura se refleja en la concentración de hielo marino en la Antártida. John francés / The Conversation
Desenredar las señales naturales
De acuerdo al análisis, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero está contribuyendo a los cambios de temperatura que se registran, pero también están en juego una serie de otras influencias. Estos incluyen el ciclo estacional (más cálido en invierno, más frío en verano) y el ciclo de actividad de 11 años del sol (que implica períodos solares más tranquilos e intensos) en la mesosfera.
Un desafío de la investigación fue desenredar todas estas "señales" fusionadas para determinar hasta qué punto cada una impulsaba los cambios que observaron.
“Sorprendentemente, en este proceso, descubrimos un nuevo ciclo natural no identificado previamente en la atmósfera superior polar. Este ciclo de cuatro años, que llamamos Oscilación Cuasi cuadrienal (QQO), vio que las temperaturas variaron entre 3 y 4 ℃ en la atmósfera superior”, afirmaron los científicos.
El hallazgo tiene grandes implicaciones para el modelado climático. Es poco probable que la física que impulsa este ciclo se incluya en los modelos globales que se utilizan actualmente para predecir el cambio climático, recalca el reporte.
“Todavía no sabemos qué está impulsando la oscilación. Pero cualquiera que sea la respuesta, también parece afectar los vientos, las temperaturas de la superficie del mar, la presión atmosférica y las concentraciones de hielo marino alrededor de la Antártida”, mencionaron los autores.
Nubes 'brillando en la noche'
La investigación también monitorea cómo las temperaturas de enfriamiento están afectando la aparición de nubes noctilucentes o "brillantes de noche".
De acuerdo a las investigaciones, las nubes noctilucentes son muy raras. “Desde las estaciones antárticas australianas hemos registrado unas diez observaciones desde 1998. Se producen a una altitud de unos 80 km en las regiones polares durante el verano. Solo puede verlos desde el suelo cuando el sol está debajo del horizonte durante el crepúsculo, pero aún brilla en la alta atmósfera”, dijeron los investigadores.
Un mayor enfriamiento de la atmósfera superior como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero probablemente dará lugar a nubes noctilucentes más frecuentes y ya existe alguna evidencia de que las nubes se están volviendo más brillantes y más extendidas en el hemisferio norte, concluyeron.