La investigación publicada en la revista científica ICES Journal of Marine Science evidencia que las ballenas llegan a Gorgona casi un mes más temprano que hace 31 años.
Foto: Ballenaswiki
Durante el invierno austral, las ballenas jorobadas G-stock, Megaptera novaeangliae, migran al Pacífico Oriental Tropical para reproducirse y realizan migraciones estacionales entre las zonas de alimentación en los polos en verano.
Investigadores constataron cómo estas especies migratorias, están enfrentando varios desafíos relacionados con los cambios en las condiciones ambientales, que alteran su calendario de migración.
Apartes de la investigación muestra que algunos de los cambios más significativos incluyen el aumento de la temperatura del océano, los cambios en la capa de hielo marino, el aumento del nivel del mar y la acidificación del océano.
La Península Antártica, por ejemplo, ha experimentado un aumento en las temperaturas del aire y del océano, lo que ha cambiado la extensión y la estacionalidad del hielo marino en las últimas décadas.
Para comprender mejor este fenómeno, la doctora Isabel C. Avila y coautores evaluaron por primera vez para la Región del Pacífico Sudeste los cambios a largo plazo de las fechas de llegada y salida de las ballenas jorobadas a un área reproductiva de esta especie, utilizando datos de registros históricos y compilando la información en el artículo científico “Humpback whales extend their stay in a breeding ground in the Tropical Eastern Pacific” (Las ballenas jorobadas extienden su estadía en un área reproductiva en el Pacífico Oriental Tropical)".
Para analizar si los tiempos de migración de las ballenas han cambiado se analizó un periodo de 31 años (1988–2018) de los tiempos de llegada y salida al Parque Nacional Gorgona, Colombia, un importante sitio de reproducción.
Pudiendo verificar que efectivamente las ballenas han cambiado significativamente su hora de llegada, llegando ahora antes, particularmente grupos sin crías, sin embargo, la fecha de salida se mantuvo más o menos igual, por lo tanto, según la investigación, las ballenas jorobadas ahora se quedan 1 mes más que hace 31 años.
Las jorobadas llegan a Gorgona a principios de mayo, se ha estabilizado alrededor del 22 de mayo (142º día del año), aunque con importantes fluctuaciones interanuales y se quedan como máximo hasta finales de diciembre.
De acuerdo con los científicos, el cambio observado en el tiempo de llegada a las zonas de reproducción podría estar relacionado con los cambios en la masa de la capa de hielo en otoño en la Antártida y el aumento del tamaño de la población en las últimas décadas, sin poderse determinar qué factor es más importante para explicar la tendencia observada.
Explican que a menor acumulación de capas de hielo, las ballenas jorobadas llegan más temprano a Gorgona. El aumento en el tamaño de la población de jorobadas en las últimas décadas también podría estar relacionado con los cambios en el tiempo de llegada a Gorgona, pero se necesitan más análisis para evaluar este patrón.
Sugieren los investigadores que estos hallazgos determinan los períodos en los que las actividades antropogénicas tendrían que restringirse, como medida precautoria, para reducir los disturbios hacia las ballenas en las áreas reproductivas colombianas, los cuales son del 1 de mayo al 31 de diciembre.
Aunque el pico de la temporada de cría de ballenas jorobadas es de julio a octubre, siguiendo el principio de precaución, adoptado por el gobierno colombiano en 1993 (Ley 1333 de 1993), recomiendan establecer una temporada oficial de ballenas jorobadas de 8 meses en Colombia a partir del 1 de mayo al 31 de diciembre.
Además, los autores anticipan que tales cambios en el calendario migratorio también podrían estar ocurriendo en otras regiones y, por lo tanto, invitan a los investigadores a revisar sus datos y en consecuencia ajustar los planes de gestión.
Finalmente, los autores advierten que se requieren estudios ecológicos más amplios para comprender las causas y las implicaciones de tales cambios migratorios, y que la colaboración internacional es fundamental para lograrlo.
Desde el final de la caza de ballenas jorobadas en 1966, se estima que la población aumentó a aproximadamente 6504 animales en 2006.
Aunque las ballenas jorobadas están clasificadas como de menor preocupación por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, esta especie es actualmente el mamífero marino con mayor exposición al riesgo en función de la distribución de las amenazas mundiales (es decir, captura incidental, contaminación y amenazas relacionadas con el tráfico y el turismo).
Particularmente en aguas colombianas, la especie se ve afectada por enredos en redes de pesca, colisiones de barcos, crecimiento turístico no regulado, la construcción potencial de megaproyectos y prospección acústica, y exploración de recursos de petróleo y gas.