El proyecto pionero HolyGrail surge para reducir los desechos plásticos y lo lidera la Fundación Ellen MacArthur para acelerar la transición a una economía circular.
Foto: verstraete-iml.com
El proyecto revela resultados prometedores para el uso de la tecnología de marca de agua digital, todo con el fin de reducir los desechos plásticos en el ambiente.
El código de barras invisible demostró superar muchas de las limitaciones actuales en la tecnología para la separación de plásticos, facilitando la identificación precisa de los plásticos que califican para el reciclado y evitando el descarte innecesario en rellenos sanitarios o incineradores.
El proyecto Pionero HolyGrail fue una iniciativa de tres años de duración y un proyecto de colaboración de la cadena de valor completo liderada por Procter & Gamble con 29 socios participantes, entre los que se incluyen las marcas para el consumidor L'Oreal, Danone, Nestlé, PepsiCo, Henkel y el minorista Carrefour.
En un informe publicado, las pruebas muestran que el código de barras, al convertir a los recipientes plásticos en "objetos inteligentes", podría lograr técnicas de separación que para la industria han sido imposibles de lograr.
Al distinguir con precisión entre recipientes de calidad alimentaria y de calidad no alimentaria, el código de barras aborda uno de los mayores desafíos no resueltos hasta la fecha, y podría haber un importante impacto sobre los desarrollos en reciclado en el futuro cercano.
La prueba conceptual básica de las marcas de agua digitales ya ha sido constadada por Digimarc y Filigrade, permitiendo evidenciar que identifica los envases flexibles, envases con negro de humo, la composición de los tipos de plásticos en multicapas y detecta la diferenciación y separación correctas de recipientes de cuerpo completo con película termorretráctil, proporciona una identidad en 3D única y escaneable al ser aplicado en sustratos plásticos.
El conjunto de datos que lleva el código puede trasmitir una amplia gama de atributos, entre los que se incluyen el fabricante del elemento descartado, unidad de inventario del producto y planta de fabricación, instruyendo de esta manera y automáticamente mecanismos de separación de los desechos plásticos para lograr una mayor calidad y cantidad de materiales reciclables, lo que ayudaría a asegurar que los fabricantes puedan cumplir sus compromisos públicos para el uso de contenidos reciclados y para cumplir los mandatos gubernamentales.
Foto: Pioneer Project HolyGrail
La tecnología también se puede aplicar en películas termorretráctiles y etiquetas de papel, lo que brinda oportunidades para aumentar las probabilidades de identificación y la cantidad de datos que se pueden obtener.
El realce en múltiples capas respalda muchas otras eficiencias en la fabricación, la cadena de suministros, operaciones minoristas e interacción con el consumidor.
El código de barras puede proporcionar una función más amplia en la economía circular, por ejemplo, permitiendo a los consumidores con conciencia ambiental escanear productos con sus smartphones para saber cómo separar debidamente los objetos plásticos de conformidad con su prestador de servicios de recolección de residuos domésticos.
Foto: Pioneer Project HolyGrail
"El código de barras Digimarc es único porque genera 'objetos inteligentes' que permiten una 'hiperseparación' en las plantas de reciclado", dijo Larry Logan, Director de Evangelización de Digimarc. "Los resultados de las pruebas a HolyGrail demuestran un camino viable hacia un mucho mayor reciclado de plásticos, lo que lleva a una reducción de los residuos, y valida nuestro compromiso con el Compromiso Global de la Fundación Ellen MacArthur con la nueva economía de los plásticos. Es gratificante ver cómo estas capacidades se pueden aplicar rápidamente para el bien de la sociedad, en respaldo de una economía circular para los plásticos".