Un estudio de la U. de los Andes realizado en 11 ciudades de América Latina, reveló la relación entre los problemas de movilidad y enfermedades mentales como la depresión.
Foto: archivo bogota.gov.co
En Bogotá, por ejemplo, el 36 % de los encuestados presentaron alteraciones y efectos negativos en su salud mental. Así quedó evidenciado en el artículo titulado Commute patterns and depression: Evidence from eleven Latin American Cities, donde participaron la doctora Olga Lucía Sarmiento, profesora de la Facultad de Medicina y el ingeniero Óscar Guaje, profesor del Departamento de Ingeniería Industrial, ambos de la Universidad de los Andes.
Ellos, en alianza con pares de la National University of Singapore, Singapore y de University of California, Berkeley, EU, desarrollaron la investigación basados en una encuesta del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) del 2016, para medir la presencia de síntomas depresivos usando modelos para asociar los viajes y los riesgos de depresión, teniendo en cuenta factores sociodemográficos y características del vecindario de residencia de los encuestados.
“Encontramos que, en promedio, cada 10 minutos adicionales de tiempo de viaje están asociados con un aumento de 0.5% en la probabilidad de presentar síntomas depresivos de acuerdo con la prueba de tamizaje”, señala el documento publicado en la revista especializada Journal of Transport & Health.
Los resultados señalan, además, que “cuando comparamos los resultados por medio de transporte utilizado, encontramos que usuarios del sistema de transporte público formal, por ejemplo, metro o buses rápidos, tienen una probabilidad 4.8% menor de presentar estos síntomas depresivos con relación a conductores de vehículos privados.
“El hecho de que tus vayas en tu carro, estás muchas veces solo, en cambio en el transporte público hay más relaciones con otros individuos y estas relaciones y esta cohesión que uno puede ver, aunque haya problemas en transporte público, puede estar asociado a menores síntomas depresivos”, dijo la doctora Sarmiento.
De igual manera, el análisis indica que largas distancias para acceder al transporte público o perder tiempo esperando su llegada al punto de recogida, también incide en la presencia de alteraciones en la salud mental pues “no tener paradas de transporte público (formal o informal) a diez minutos o menos a pie del lugar de residencia está asociado con una probabilidad más alta de presentar síntomas depresivos”.
Así las cosas, el estudio concluye que mejor acceso a transporte masivo y menor congestión vehicular están asociados al bienestar de salud mental de los ciudadanos.