El 80% de estos medicamentos es usado en la industria animal para estimular el crecimiento de animales sanos, según la Organización Mundial de la Salud.
Imágen de referencia. /Foto: Conectica.com
La OMS recomendó en las últimas horas que las industrias agropecuaria, piscicultora y alimentaria dejen de utilizar “sistemáticamente antibióticos” para estimular el crecimiento y prevenir enfermedades en animales sanos.
La OMS recomendó en las últimas horas que las industrias agropecuaria, piscicultora y alimentaria dejen de utilizar “sistemáticamente antibióticos” para estimular el crecimiento y prevenir enfermedades en animales sanos.
La Organización fue enfática en señalar que es de vital importancia preservar la eficacia de los antibióticos importantes para la medicina humana, reduciendo el que llamó “uso innecesario en animales”. Y es que en algunos países, aproximadamente el 80% del consumo total de antibióticos de importancia médica se da en el sector animal, principalmente para estimular el crecimiento en animales sanos.
¿Por qué el llamado urgente de la OMS?
Parecía una práctica común en la industria alimentaria, sin embargo el abuso y el uso indebido de antibióticos en animales y humanos están contribuyendo al aumento de la amenaza que representa la resistencia a los antimicrobianos. Algunos tipos de bacterias causantes de infecciones humanas graves ya son resistentes a la mayoría o a la totalidad de los tratamientos disponibles, y hay muy pocas alternativas prometedoras en fase de investigación.
Parecía una práctica común en la industria alimentaria, sin embargo el abuso y el uso indebido de antibióticos en animales y humanos están contribuyendo al aumento de la amenaza que representa la resistencia a los antimicrobianos. Algunos tipos de bacterias causantes de infecciones humanas graves ya son resistentes a la mayoría o a la totalidad de los tratamientos disponibles, y hay muy pocas alternativas prometedoras en fase de investigación.
En pocas palabras los humanos estamos generando resistencia a los antibióticos poniendo en riesgo el tratamiento de cientos de enfermedades.
“La adopción de medidas contundentes y sostenidas en todos los sectores es esencial para hacer retroceder la resistencia a los antimicrobianos y mantener el mundo a salvo” dice el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
En una revisión sistemática publicada al mismo tiempo enThe Lancet Planetary Health se concluye que las intervenciones que restringen el uso de antibióticos en animales destinados a la producción de alimentos reducen las bacterias resistentes a los antibióticos en estos animales en hasta un 39%. Esta investigación se tomó directamente como base para elaborar las nuevas directrices de la Organización.
La OMS recomienda firmemente, aunque no menos importante, una reducción general del uso de todas las clases de antibióticos de importancia médica en los animales destinados a la producción de alimentos, incluida la restricción completa de estos fármacos para estimular el crecimiento y prevenir enfermedades sin diagnóstico previo. “Solo se debería administrar antibióticos a animales sanos para prevenir una enfermedad si esta ha sido diagnosticada en otros animales de la misma cabaña o población de peces”.
Siempre que sea posible, se deben realizar pruebas a los animales enfermos para determinar el antibiótico más eficaz con el que tratar de manera prudente su infección específica. Los antibióticos utilizados en animales deberían elegirse de entre aquellos que, según la OMS, son «de menor importancia» para la salud humana, y no de entre aquellos clasificados como «de importancia crítica y de máxima prioridad».
Muchos países ya han adoptado medidas para reducir el uso de antibióticos en animales destinados a la producción de alimentos. Por ejemplo, en 2006 la Unión Europea prohibió el uso de antibióticos para estimular el crecimiento. Los consumidores también están impulsando la demanda de carne producida sin el uso sistemático de antibióticos, por lo que algunas cadenas alimentarias importantes están adoptando la política de «ausencia de antibióticos» para sus suministros cárnicos.