Martes, 16 Abril 2024
Las obras de minería ilícita se ubicaban sobre la margen izquierda del río. Estaban conformadas por túneles verticales de profundidades entre los 12 y 35 metros.
mineriarcauca                                               Minería ilegal en márgen izquierda del Río Cauca. / Foto: Carabineros

La Alcaldía de Anserma, Caldas, junto a la Policía y otras autoridades locales realizaron desde el pasado 17 de septiembre un operativo a una zona de explotación ilícita de yacimiento minero de oro en la Hacienda La María, ubicada en las veredas Tumarapo y Nubia Baja, para lograr el cierre de las obras ilegales que estaban causando graves afectaciones ambientales al Río Cauca.

No se trataba de una mina pequeña, según le confirmaron a Catorce6 algunas fuentes de la Región 3 de Policía y como lo acaba de confirmar su comandante, el general William Ruiz. En total eran 23 explotaciones subterráneas activas de oro aluvial conocidas como cúbicos, cuyos responsables no contaban con los documentos que respaldaran la actividad. Es decir, no existía título minero, licencia ambiental o Solicitud de legalización minera, conforme a lo que obliga la Ley 685 de 2001.

En total fueron capturadas 18 personas. “Detectamos que pasó de ser una minería ancestral a ser una industria ilegal con plantas y equipos electrónicos de más de 2.000 millones de pesos. De esta forma se estaba dañando gravemente el medio ambiente, sobre todo, en la rivera del Cauca”, informó el general Ruiz. Los equipos decomisados que alcanzan ese precio fueron 16 plantas eléctricas y 27 motores.

Los impactos a los que se refiere la Policía, entre otros, son la contaminación de las aguas del río con vertimiento directo de aguas no domésticas cargadas con sólidos (vertimientos industriales), provenientes de las labores de beneficio minero (lavado de arenas y gravas); así como por los vertimientos domésticos de cocinas y de baños.

También se encontraron residuos peligrosos como pilas, grasas y combustibles que estaban siendo dispuestos inadecuadamente y otros procesos que incluso llegaron a la “alteración del ciclo biológico de los peces existentes en el río”, como confirmó Corpocaldas.

La Corporación también encontró ahuyentamiento generado por el ruido, de mamíferos como el armadillo y perro de monte zorro; reptiles como serpientes y tortugas de río; anfibios como ranas, sapos, lagartijas e iguanas; y aves como martín pescador, garzas, coquito y águilas, entre otros.
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