La Política Nacional de Bioeconomía 2020–2030, liderada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, plantea como meta que la bioeconomía represente el 10% del PIB en 2030.
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La bioeconomía se basa en el uso sostenible de la biodiversidad y los recursos biológicos para generar bienes y servicios, promoviendo la innovación científica, la productividad y la conservación ambiental.
El foro económico mundial define la bioeconomía como la producción, utilización, conservación y regeneración de los recursos biológicos, incluidos los conocimientos, la ciencia, la tecnología y la innovación relacionados con ellos. Su objetivo es proporcionar soluciones sostenibles, información, productos, procesos y servicios dentro de todos los sectores económicos, y permite una transformación hacia una economía sostenible.
Según la OCDE, la bioeconomía comprende sectores como la biotecnología, la agricultura sostenible, los bioproductos, los bioinsumos, la farmacéutica natural, la cosmética verde y los biomateriales. Para un país megadiverso como Colombia, esta visión representa una ventaja comparativa que puede traducirse en ventajas competitivas.
En línea con esto, la Política Nacional de Bioeconomía 2020–2030, liderada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, plantea como meta que la bioeconomía represente el 10% del PIB en 2030. Esta política prioriza cinco áreas: agricultura y agroindustria, salud y farmacéutica, energía, medio ambiente y nuevos materiales.
Según el Convenio sobre la Diversidad Biológica, Colombia alberga cerca del 10% de la biodiversidad mundial, incluyendo más de 59.000 especies registradas. Este capital natural no solo es vital para el equilibrio ecológico, sino también para desarrollar productos innovadores con valor agregado, como alimentos funcionales, principios activos farmacéuticos, ingredientes cosméticos y biofertilizantes.
El Instituto Humboldt, en su Estrategia de Bioeconomía y Desarrollo Sostenible, subraya el papel clave de los territorios biodiversos para promover cadenas de valor sostenibles que respeten los conocimientos tradicionales y generen ingresos para las comunidades locales.
La implementación de la bioeconomía en Colombia avanza a través de alianzas entre centros de investigación, universidades, sector productivo y comunidades. Algunas iniciativas relevantes incluyen:
• BIO RED Colombia, una red de actores que promueve el uso responsable de la biodiversidad para el desarrollo económico.
• Visión Amazonía, que impulsa proyectos de bioeconomía en el bioma amazónico con énfasis en productos no maderables del bosque.
• Ruta de la Bioeconomía, liderada por Minciencias, que busca fortalecer capacidades locales para desarrollar bioproductos con impacto territorial.
La bioeconomía se consolida como una vía estratégica para que las empresas diversifiquen su portafolio, fortalezcan su sostenibilidad y amplíen su acceso a mercados verdes y esquemas de certificación ecológica. La adopción de modelos de negocio basados en principios bioeconómicos facilita también la obtención de financiamiento climático y posiciona a las organizaciones en sintonía con los compromisos ambientales globales.
No obstante, avanzar en esta dirección requiere superar retos como la trazabilidad en las cadenas de valor, el cumplimiento riguroso de la normativa relacionada con el acceso a recursos genéticos (Ley 165 de 1994 y Decreto 1376 de 2013), y la atracción de inversión hacia iniciativas innovadoras y sostenibles.
En este contexto, la bioeconomía no solo aporta a la competitividad empresarial mediante la diferenciación de productos, el aprovechamiento de recursos subutilizados y la mitigación de riesgos regulatorios, sino que también contribuye de manera directa al desarrollo territorial, a la inclusión social y a la conservación de la biodiversidad. Integrar sostenibilidad e innovación bajo este enfoque es, por tanto, una apuesta clave para la transformación productiva y ecológica del país.