El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) indica que el 37% de las emisiones de Gases Efecto Invernadero globales es causado por los edificios y la construcción.
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La arquitectura sostenible ha dejado de ser una tendencia y se ha convertido en una necesidad urgente frente a la crisis climática global. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en su reporte Global Alliance for Buildings and Construction menciona que el sector de la construcción es uno de los principales desafíos para alcanzar la neutralidad de carbono.
Desde un enfoque integral, la arquitectura verde no solo busca reducir emisiones. Para la UNESCO, este modelo también “incorpora el uso responsable del suelo, la integración con el entorno natural y la consideración de factores culturales y climáticos locales”. Así que se propone una construcción que responda al contexto ecológico y social de cada territorio, especialmente relevante en regiones biodiversas como el Caribe colombiano.
El Ministerio de Ambiente de Colombia define la arquitectura ecológica como una práctica que busca “la cuidadosa inserción de las construcciones en el entorno natural, permitiendo la coexistencia armónica entre el lugar, el edificio y el hombre que lo habita”. Este enfoque da paso a la arquitectura bioclimática, que prioriza el confort térmico y lumínico mediante la incorporación de energías renovables y técnicas pasivas, como ventilación cruzada o captación solar. “Los sistemas de aprovechamiento se basan en tres principios: la captación de la energía (calor o frío), su acumulación y su correcto aprovechamiento”, señala el documento “Criterios ambientales para el diseño y construcción de vivienda urbana” de MinAmbiente.
En este contexto, el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) señala que la construcción sostenible busca desarrollar edificaciones que minimicen su impacto ambiental, optimicen el uso de recursos y promuevan la salud y el bienestar de sus ocupantes. En línea con esta visión, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia destaca que este enfoque tiene como objetivo recuperar y preservar el equilibrio entre la naturaleza y el entorno urbano. Para ello, es fundamental la implementación de nuevas estrategias en el diseño y la construcción, así como en la gestión y mantenimiento de edificaciones, incorporando principios ambientales, sociales y económicos.
Colombia ha avanzado de forma significativa en materia normativa. La Política Nacional de Construcción Sostenible promueve edificaciones más eficientes en el uso de recursos y resilientes al cambio climático. Esta política se articula con instrumentos técnicos como la Norma Técnica Colombiana (NTC) 4595, que establece parámetros de eficiencia energética en edificaciones nuevas y existentes.
En cuanto a certificaciones, el país cuenta con herramientas internacionales adaptadas al contexto local. El Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) lidera la implementación de LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) y EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies), esta última desarrollada por el Banco Mundial para facilitar la certificación en países emergentes. BBVA destaca en su portal de sostenibilidad, que el certificado EDGE permite demostrar ahorros del 20% o más en energía, agua y materiales”.
La arquitectura sostenible no es solo una respuesta ambiental, también es una estrategia económica y social. Su implementación mejora la calidad de vida, reduce costos operativos y abre oportunidades de inversión en sectores emergentes como el ecoturismo, la vivienda verde o la infraestructura resiliente. Colombia está llamada a liderar esta transición en América Latina, y para lograrlo se requiere la articulación entre gobierno, empresas y comunidades.