El aumento en el nivel del caudal del Río Cauca, unos 480 metros cúbicos por segundo, hizo que se reactivaran las obras de reforzamiento de los jarillones o barreras que protegen a Cali de inundaciones. De romperse uno de los diques, 900 mil personas resultarían afectadas y el 70% de las aguas residuales anegaría la ciudad.
En las últimas horas se realizó un Consejo Extraordinario para determinar las obras de protección que contemplan tres zonas importantes: un tramo muy cerca al antiguo basurero de Navarro, que en el pasado generó un derrumbe que alteró parte del Canal Interceptor Sur; otro sector en Brisas de un Nuevo Amanecer, que ya está despejado y el parque lineal, construido hace años.
A pesar que desde hace año y medio las autoridades ambientales identificaron la necesidad de intervenir los lugares más vulnerables, apenas desde el pasado mes de abril con la llegada de las lluvias se inició la primera etapa del trabajo en el jarillón. Se trata del 30% del proyecto total, que constituye la ejecución del Canal Interceptor Sur, que abarca una longitud de 6.7 km. por la margen izquierda y 400 metros del Jarillón del Río Cauca, en el sector de Navarro. Bomba de tiempo dejará secos a los caleños
El mayor riesgo es para el oriente de Cali, asegura Rubén Darío Materón Muñoz, director general de la Corporación Autónoma Regional del Valle (CVC), quien explica que ahora se van a incorporar casi 3.5 km con trabajos de reforzamiento, realce y protección del dique, con las nuevas obras que arrancarían a finales del 2016 y que se ejecutarán durante todo el 2017. En esta oportunidad se invertirán $61 mil millones, a los cuales se suman a los 57 mil millones de pesos aportados en la primera etapa del Plan Jarillón, que se realiza en convenio con entidades como la Alcaldía de Cali, el Fondo Adaptación, la CVC y Emcali.
Las obras comprenden el aumento de 90 centímetros a la altura del dique para soportar las crecientes; la construcción de una pantalla de suelo en cemento a lo largo del eje del jarillón, para mitigar el riesgo por cavernas producidas por la hormiga arriera, infiltraciones y raíces de árboles y la instalación de contrafuertes de columnas, separados unos 15 metros con seis columnas de grava para hacerlos sismorresistentes. Sin embargo, la Secretaría de Gestión de Riesgo y Desastres Departamental, afirma que, por ahora, el Cauca no representa una amenaza porque está en un nivel medio alto.
Según Dilian Francisca Toro, gobernadora del Valle del Cauca, “se está haciendo un trabajo donde el Gobierno Nacional, la CVC, y otros estamentos, están poniendo recursos y hoy estábamos haciendo precisamente un traslado presupuestal y unas vigencias futuras para hacer una segunda intervención que tiene que ver con la protección del dique para poder lograr que no haya en un futuro problemas con inundaciones en Aguablanca”.
Por lo pronto, la principal dificultad de realizar las obras, dice Henry Eder, representante del Gobierno Nacional en el Consejo Directivo de la CVC, es el traslado de los invasores sobre el jarillón, que pone en peligro al dique y a toda la ciudad de Cali, “porque si falla ese jarillón en una creciente grande se inunda una área inmensa, se afectan unas 800 mil personas y se queda sin agua la ciudad, pues el acueducto está en esa zona”, haciendo referencia a las dos plantas de tratamiento ubicadas en el oriente de Cali.
En la primera fase del Proyecto Jarillón de Cali se han removido más de 47 mil metros cúbicos de material no apto, es decir, tierra contaminada con escombros. Foto: Cortesía Fondo de Adaptación