Martes, 14 Enero 2025

Mientras los botaderos ilegales de escombros crecen en todas las ciudades, las estadísticas de las autoridades ambientales sobre la cantidad de residuos de construcción están en estudios desactualizados. 

Leía en un texto del arquitecto Carlos Alberto Duica, experto en hábitat sostenible, que hace unos dos mil años, romanos y europeos utilizaron sus escombros de construcción como insumos en el desarrollo de sus ciudades. Los romanos para estabilizar el suelo y realizar obras viales, y los europeos para reconstruir sus viviendas con los pedazos que dejó la Segunda Guerra Mundial. Aquí en Colombia, los escombros son considerados desechos que van a parar a canales de aguas lluvias, andenes, separadores viales, lotes baldíos y, en el mejor de los casos, en sitios de disposición autorizados.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible no ha dado a conocer las cifras recientes de escombros que produce el país, pero advirtió según un estudio realizado en el 2011, que entre las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Cartagena, Pereira, Ibagué, Pasto, Barranquilla, Neiva, Valledupar y San Andrés, se generaron más de 22 millones de toneladas (tons) de Residuos de Construcción y Demolición (RCD); algo así como 445 mil bultos de cemento gris, cada uno con un peso de 50 kilogramos, la cantidad aproximada para construir 2.967 viviendas de interés social de 50 metros cuadrados.

Hab123Foto: Johanna Viáfara

Los grandes proyectos de construcción, las obras públicas y las obras de origen domiciliario, son los tres grandes generadores de RCD en el país, de estos, menos del 20% logran ser dispuestos de manera adecuada. Las causas son muchas: por inconciencia ambiental, porque desconocimiento del manejo adecuado, porque la gente prefiere arrojarlos a la calle antes que pagarle a las empresas para que los recojan, porque se los entregan a carretilleros (hoy motocargueros/carromuleros) o volqueteros para que se deshagan del material, porque en algunas áreas urbanas no existen sitios de disposición, porque hay escombreras que agotaron su capacidad, por el aumento de lugares ilegales, entre otras razones brindadas por la ciudadanía.

La problemática: Ninguna ciudad del país se salva de los botaderos crónicos.

BOGOTÁ
En Bogotá, por ejemplo, se recogen cerca de 300 mil tons de escombros por obras, y se produce anualmente 12 millones de tons de materiales, advierte la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp). En otros datos, indicadores del Observatorio Ambiental de Bogotá, de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), mostraron que de la producción anual generada en el 2015 por obras mayores a 5.000 m2 y mega obras urbanas, 8.326.626 toneladas de RCD fueron controlados y dispuestos adecuadamente; siendo Suba, Usaquén, Engativá y Fontibón, las localidades más afectadas.
Con base en el último censo realizado por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) y la SDA, se identificaron 368 puntos críticos, pero de manera no oficial se habla de más de 600 botaderos. Los sitios autorizados actualmente para disposición final, solamente son Cemex-La Fiscala, Cantarrana, Holcim y la Escombrera San Antonio.

MEDELLÍN
Las cifras no son mejores en Medellín. Aunque la Secretaría de Medio Ambiente de la Alcaldía manifestó no tener dentro de sus registros datos precisos de generación de RCD, aduciendo un contrato interadministravo con Empresas Varias de Medellín (Emvarias) para la operación y administración de tres Centros de Acopio Temporal de Escombros (Cates), ubicados en los sectores de La Iguana, La Ladera y Santa Lucia; ambientalistas indican que al menos unas 6 mil toneladas de escombros se generan al día en Medellín.
El estimativo entregado por dicha Secretaría a Catorce6 indica que “en los tres Cates se puede estar moviendo aproximadamente 600m3 (900 tons) diarios de material, y a través de dos frentes de trabajo que operan por los principales ejes viales de la ciudad, son recolectados diariamente cerca de 91m3 de RCD clandestinos”, es decir, 136 tons al día. Al revisar el Plan De Gestión Integral De Residuos Sólidos (Pgirs) de Medellín del año 2015, se verificó que anualmente Medellín genera 2.200.000 toneladas de escombros. En cuanto a lugares clandestinos, se han detectado unos 500 sitios afectados por acumulación de escombros, pero oficialmente se habla de 205 puntos críticos.

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CALI
Por su parte, la ciudad de Cali produce en promedio 2 mil tons diarias de RCD. Diego Fernando Benavides, líder del grupo de Gestión de Residuos Sólidos del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), explicó que el problema de los RCD en la capital vallecaucana lo causa las pequeñas obras o las domiciliarias que son el 22%, “de esta cantidad aproximadamente el 60% está siendo llevado a la estación provisional de la carrera 50 con autopista Simón Bolívar -actualmente clausurada-, desde allá se garantiza la disposición final de estos residuos, el 40% restante son las que se están depositando en las zonas verdes y en el jarillón del río Cauca”.
Por el momento las escombreras de la 50 y de Candelaria son los sitios permitidos por el Dagma, pero la Unidad Especial de Servicios Públicos de Aseo (UESP) adelanta los estudios de los lotes potenciales para trasladar el centro receptor de RCD y acabar con los 134 puntos críticos de disposición ilegal que tiene la ciudad.
BARRANQUILLA
Al igual que la autoridad de Medellín, Barranquilla Verde, establecimiento público ambiental del Distrito, dijo no poseer estadísticas precisas, pero se refirió al Conpes 3874 del 21 de noviembre de 2016, que presentó una generación anual de 18 mil toneladas para el año 2011 en la “Arenosa”.
En un comunicado la entidad respondió que el Departamento Administrativo y Técnico del Medio Ambiente de Barranquilla (Damab), en liquidación, autorizó a la empresa Triple A las actividades de nivelación y relleno con material RCD, y según lo informado por la Alcaldía de Barranquilla en su Pgirs del año 2015, mensualmente el operador entrega en promedio 236 tons para ser dispuestos en el Relleno Sanitario Parque Ambiental Los Pocitos. “En el documento se señalan 26 puntos críticos convertidos en botaderos a cielo abierto”, informó Barranquilla Verde.
Si esta es la situación de descontrol de las cuatro principales ciudades del país, ¿como será en el resto de las ciudades?


A pesar de las regulaciones y controles de las autoridades ambientales a los Residuos de Construcción y Demolición, la solución no parece estar en la correcta disposición, debido al aumento en el movimiento constructor del país, al desorden de recolectores informales con los riesgos para la salud y las dificultades que enfrenta la minería. El problema es mucho más de fondo, porque no solo se trata de recoger, transportar y enterrar estos desechos, sino del modelo ya que bien pueden ser reutilizados, así como lo hicieron los romanos y europeos.
Para el arquitecto Duica, fundador de Ciclomat (empresa dedicada a la recuperación de materiales), con 10 años trabajó en el tema de RCD, la solución al problema de los escombros está en la transformación para su aprovechamiento, para él todo es absolutamente procesable y ante la escasez de insumos básicos para construcción, sugiere que los residuos se conviertan en una fuente importante de materiales. Y agregó “nosotros podemos volver a utilizar una inmensa cantidad de residuos, ya no podemos hablar de basura, pues hay que saber qué son, de qué están compuestos esos residuos para poder, con base en ello, diseñar los procesos de la llamada minería urbana, que permitan encontrar los materiales futuros de la construcción sostenible”.

En la planta de procesamiento “nosotros los trituramos, los procesamos, investigamos, desarrollamos y generamos desde agregados finos, es decir arena, pasando por triturados para concretos, hasta predosificados (una mezcla cuyos componentes básicos son conglomerantes o compactantes y áridos o minerales). Hemos logrado hacer prefabricados como bordillos para andenes, sardineles, bordillos de confinamiento, adoquines, etc. Ya hoy hemos avanzado muchísimo en el tema de aprovechamiento”, aseguró Duica, destacando el trabajo del profesor caleño, Alejandro Salazar Jaramillo, pionero en transformación de RCD, quien ha elaborado, incluso, cemento, estuco y una cantidad variada de materiales.

Hablamos con Salazar Jaramillo, ingeniero químico con un par de maestrías en el cambio de materiales y una experiencia de 43 años en el estudio de residuos. “Los escombros son realmente unos minerales y hay que mirarlos como eso, y ¿qué hace uno cuando tiene un yacimiento mineral? Pues lo estudia y al estudiarlo identifica de él su potencial para poder desarrollar cosas”, reflexiona el experto.

No se trata de hacer arena o gravas, ni de sacar hierro, pedazos de varilla ni recoger el vidrio, el aluminio o el plástico y ganar dinero con su peso, se trata de reciclar, transformar y aprovechar, a eso se refieren ambos profesionales. Explica Salazar que a través de un análisis microestructural de los residuos, él identifica el uso de cada material para no desperdiciar nada. “Produzco desde cemento, adhesivos, concretos listos, morteros de reparación, hasta fertilizantes”, aseguró.

Cuando Duica y Salazar iniciaron con sus modelos de negocio, con Ciclomat en Bogotá y Ecoingeniería en Cali, respectivamente, no habían empresas o eran pocas las que trabajan con escombros, pero poco a poco han ido surgiendo. En el país son contadas con una mano: además de las dos mencionadas, en Medellín está Conesco, en Pasto hay una empresa procesadora que pertenece al Grupo Sala y otra empresa ubicada en la capital del país, llamada Reciclados Industriales.

El pasado 28 de febrero, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible expidió la resolución 472 que reglamenta la gestión integral de los residuos de construcción y demolición o escombros en el país, para disminuir las afectaciones generadas en el aire, el agua, el suelo y el paisaje.
La norma aplica a todas las personas naturales y jurídicas que generen, recolecten, transporten, almacenen, aprovechen y dispongan RCD de las obras civiles o de otras actividades conexas en el territorio nacional; estableciendo el Programa de manejo ambiental de RCD como ruta de seguimiento de las autoridades ambientales, el cual instaura obligaciones específicas para el gran generador de estos residuos orientadas a la prevención de la generación de RCD, el aprovechamiento y disposición final.

Afirma Luis Gilberto Murillo, jefe de la cartera ambiental que “adicionalmente, brinda lineamientos para el aprovechamiento y disposición final de los RCD, mediante la implementación de instrumentos y reglas para las instalaciones de gestión de residuos como los puntos limpios y plantas de aprovechamiento, en donde se llevarán a cabo la separación y el almacenamiento temporal con las condiciones mínimas de operación. Así mismo, se establecen los criterios ambientales para la localización y operación de los sitios de disposición final de RCD”.

Hab46Foto de Johanna Viáfara

Lo que se puede destacar de la resolución es que los grandes generadores de residuos aprovechables de construcción y demolición deberán utilizar un porcentaje no inferior al 2% del peso total de los materiales usados en una obra, el cual se tendrá que incrementar anualmente en ese mismo porcentaje hasta alcanzar como mínimo un 30% de materiales aprovechables.

Así pues, a partir del 1 de enero de 2018, los proyectos, obras o actividades generadoras de RCD sujetos a licenciamiento ambiental, así como los municipios de categoría especial, 1, 2, y 3, deberán dar cumplimiento a las metas fijadas por la máxima autoridad ambiental.

Sin embargo, dice el ingeniero Alejandro Salazar Jaramillo, que no se puede sacar una normativa cuando no se le enseña a la gente qué es lo que se va a transformar, ese es uno de los grandes problemas que tiene el país, “por ejemplo, sacan una norma porque salió en otra parte, pero no se averigua quién sabe hacerlo, entonces se recurre a las multas. Es como un saludo a la bandera porque no tiene sentido y no genera ninguna acción”, manifiesta.

Anteriormente con la Ley 1259 de 2008 que permitía aplicar el comparendo ambiental a nivel nacional, fueron muchas las sanciones que se alcanzaron a imponer, por ejemplo en Cali en lo corrido de 2016 se impusieron unos 800 comparendos por mala disposición de residuos sólidos y se realizaron 15 capturas relacionadas con el mismo delito, así lo informó Luis Ernesto Peña, integrante del grupo de Protección Ambiental y Ecológica de la ciudad. Ahora con el Nuevo Código de Policía, las autoridades esperan controlar a los infractores.

Quienes adopten comportamiento contrarios a la salud pública y dispongan inadecuadamente los residuos sólidos y escombros en sitios de uso público, no acordados ni autorizados por autoridad competente, según artículo 111, numeral 3 y 8 del Código Nacional de Policía, serán sancionados con la multa tipo 4, que obliga a pagar $787.000 y participar en programas pedagógicos y de trabajo comunitario. Vale la pena aclarar que por ahora la sanción es educativa, pero a partir del mes de julio pasará a ser pecuaniaria.

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