Los animales fueron encontrados muertos en balnearios del Magdalena y Atlántico. Se sospechan que fueron arrastrados por las olas provocadas por el fenómeno marino.
Un total de 5 tortugas fueron halladas muertas en las playas de Ciénaga, Magdalena y cerca de 30 peces en Santa Verónica en el Atlántico, por pescadores y comerciantes de estas zonas quienes dieron aviso a las autoridades ambientales.
Los pescadores aseguraron que el hecho habría sido provocado por la onda de Tsunami que se presentó el miércoles de la semana anterior ya que es inusual que se encuentren peces muertos en estas playas.
“En mis casi 40 años que llevo de ser pescador nunca había visto peces muertos en esa cantidad, eso seguro debe ser por el Tsunami que se presentó la semana pasada porque eso arrastra los peces hasta la orilla y hace que se ahoguen”, expresó Rómulo Alvira, pescador de Santa Verónica.
Ninguno de los animales presentaba señales de maltrato por lo que se descartó que su muerte fuera causada por la acción del hombre / Crédito: CRA
Por su parte, la Corporación Autónoma Regionaldel Atlántico (CRA) aseguró que el hecho es materia de investigación y ratificó como primera hipótesis el fenómeno marino.
Ninguno de los animales presentaba señales de maltrato por lo que se descartó que su muerte fuera causada por la acción del hombre / Crédito: CRAPor su parte, la Corporación Autónoma Regionaldel Atlántico (CRA) aseguró que el hecho es materia de investigación y ratificó como primera hipótesis el fenómeno marino.
“Cuando ocurren estos sucesos las corrientes marinas cambian de forma brusca y esos hace que algunas especies se desorienten de sus rutas y terminan llevándolas a la orilla en donde mueren por falta de oxígeno. También nos notificaron de la muerte de cinco tortugas en Ciénaga y la razón puede ser la misma, las tortugas se guían por las corrientes y si están cambian estas pueden nadar en dirección errónea y terminan encallando y muriendo que fue lo que seguramente pasó en esta caso”, expresó un vocero de la CRA.
Esa entidad confirmó que ninguno de los animales muertos presentaba señales de tortura o maltrato por lo que se descartó que su muerte se haya producido por acción del hombre.
