Tras revisar estudios publicados en los últimos 20 años, investigadores españoles concluyeron que no hay evidencia entre consumo moderado de alcohol y beneficios para la salud
Los expertos insisten en que la mejor recomendación es el consumo cero de alcohol/polaristest-Flickr
Según una revisión científica publicada en la Revista Española de Salud Pública, concluyó que no hay evidencias de que el consumo de diferentes bebidas alcohólicas tenga un efecto diferencial en la aparición y desarrollo de enfermedades cardiometabólicas, neurodegenerativas o cáncer. Es decir, no hay pruebas de que recomendar alguna bebida alcohólica pueda relacionarse con menor riesgo o beneficios para la salud.
El líder del estudio, Iñaki Galán, investigador del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), señaló que la mejor recomendación es el consumo cero de alcohol. Según el autor, hay cierta tendencia social a creer que algunos tipos de bebidas alcohólicas podrían aportar algún efecto beneficioso como, por ejemplo, los polifenoles del vino.
No obstante, Galán pidió prudencia ante los mensajes de consumo moderado de alcohol. “Lo mejor, en cuestiones de seguridad para la salud, es no consumirlo”, aconseja. “Pero, si las personas toman alcohol, la recomendación es no sobrepasar ciertos umbrales (no llegar a 20 g/día en hombres y 10 en mujeres)”. Los resultados señalan que no es posible recomendar una u otra bebida alcohólica para manejar estos umbrales o un consumo moderado.
El estudio se realizó mediante una búsqueda a través del motor de búsqueda PubMed (entre enero de 2000 y febrero de 2019) de revisiones sistemáticas y metaanálisis que reportaban resultados cuantitativos de la asociación entre el consumo de diferentes tipos de bebidas alcohólicas y efectos en salud. Los autores trabajaron con 26 estudios: 21 relacionados con cáncer, 3 con enfermedades cardiometabólicas, 2 con neurodegenerativas y uno con mortalidad general.
Sin diferencias entre las distintas bebidas
La investigación reveló que no hay consumo positivo de alcohol para la salud y confirma que tomar una u otra bebida alcohólica (vino, cerveza, cocteles, etc.) no influye en posibles resultados de salud o en el riesgo de enfermedad o muerte.
Los datos fueron heterogéneos, de ahí la imposibilidad de extraer datos diferenciales entre bebidas alcohólicas. Determinadas variables (diferencias metodológicas en la estimación de la ingesta de alcohol, control de efectos de confusión y contraste de las estimaciones entre el tipo de bebidas) hicieron muy difícil sacar conclusiones sobre posibles efectos desiguales en la salud.
Por ejemplo, en la mortalidad general y las enfermedades cardiometabólicas, aunque algunos datos apuntaban que la cerveza y los licores podían tener un mayor efecto negativo que el vino, las diferencias no fueron estadísticamente significativas.
Respecto al cáncer, en aquellos tipos cuya evidencia causal con el consumo total de alcohol era totalmente consistente (orofaringe, colorrectal y de mama [mujeres]), las revisiones tampoco mostraban un efecto diferenciado según los tipos de bebidas alcohólicas. En cuanto a las enfermedades neurodegenerativas, la información disponible tampoco permite establecer claras conclusiones.
La noticia fue dada a conocer en la agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, en el marco de celebración de la actualización de los límites de consumo de bajo riesgo de alcohol del Ministerio de Sanidad español, en el que se ha presentado un documento que actualiza dichos límites con el objetivo de disminuir los riesgos asociados al consumo.