La investigación publicada en British Medical Journal plantea que terminar las dosis completas de antibióticos es una costumbre de los años 40 y no siempre es tan saludable.
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Un análisis publicado en el British Medical Journal cuestiona el protocolo que indica que cuando se prescriben antibióticos los pacientes deben tomarse toda la dosis, aún si se sienten mejor. Aunque la investigación advierte que nunca se debe parar la toma del medicamento sin la aprobación del médico, los autores aseguran que algunas veces es mejor detener su consumo.
En el análisis, los investigadores del Reino Unido hallaron que la práctica de tratar a todos los pacientes con una dosis completa de antibióticos, regularmente de 7 a 14 días, viene de los años 40, cuando empezaron a usarse, y es más un hábito que una práctica científica.
“La indicación de ‘finalice la dosis’ se ha incorporado a la práctica médica a pesar de la falta de evidencia que la respalde”, dice al portal Consumer Reports Tim Peto, profesor de medicina y de enfermedades infecciosas de la Universidad de Oxford y parte del grupo de autores del estudio. “Cuando las dosis más cortas se han comparado con las más largas, la terapia más corta casi siempre ha demostrado ser igual de efectiva”, asegura.
La idea de que las personas deben tomar todos sus antibióticos, incluso después de sentirse mejor, se basa en parte en nociones obsoletas sobre las causas de la resistencia a los antibióticos, dice Lauri Hicks, una epidemióloga médica del Centro para el Control de Enfermedades del programa ‘Saber cuando funcionan los antibióticos’ de la agencia Get Smart.
"Si no completamos la dosis, existe la preocupación de que las bacterias que quedan puedan tener más probabilidades de desarrollar resistencia al antibiótico", dice Hicks. "Eso resulta ser un problema mucho menor de lo que se creía originalmente”. De acuerdo con él, los científicos han descubierto que el problema más grande es que los antibióticos afectan no solo a las bacterias que causan la infección, sino también a los billones de otras bacterias que viven en su cuerpo.
“Tenemos más bacterias en nuestro cuerpo que células humanas”, dice la epidemióloga y entre más largas sean las dosis de antibióticos, más probable es que algunas de esas bacterias se vuelvan inmunes o resistentes a los medicamentos.
El uso excesivo de estas drogas poderosas ha llevado al desarrollo de ‘súper bacterias’, que causan infecciones extremadamente difíciles de tratar. “Ahora estamos empezando a encontrar bacterias espantosas, resistentes a todos los antibióticos conocidos”, dice y recomienda que los pacientes pregunten a sus médicos para qué son los antibióticos que les prescriben y que los eviten si son para tratar virus.
También, la recomendación que consulten constantemente a su médico para casos de neumonía, sinusitis o una infección del tracto urinario y en el caso en el que llegue una mejoría de los síntomas, pregunten si pueden detener su uso.