Sábado, 20 Abril 2024

A pesar del fallo irrevocable de la Corte Internacional de Justicia de La Haya hace tres meses, que prohibió a Japón la caza de ballenas en el océano Antártico, Tokio vuelve a defender la pesca de los cetáceos asegurando que su actividad es solo para fines científicos.

La posición fue apoyada por el primer ministro Shinko Abe, quien afirmó que aumentará los esfuerzos para reanudar la caza comercial de estos gigantes marinos, y el Ministerio de Agricultura y Pesca anunció su intención de “rediseñar” el programa científico de pesca de ballenas en la Antártida para 2015.

Según la Fundación Calidris, “debido a los altos índices de consumo y caza masiva por pescadores japoneses, en 1966 la población de ballena jorobada en el mundo se redujo en 90 por ciento. Sin embargo, tratados internacionales y organizaciones ambientales lograron evitar su extinción”. Ahora, con la industria a gran escala que ostenta Japón, es muy difícil controlar la depredación humana.
 

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Editorial

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