Viernes, 19 Abril 2024

Imágenes satelitales captan su descenso hídrico en las últimas décadas.

Fuente: NASA

Contaminación del agua y el suelo por uso de productos químicos agrícolas, pesticidas y expansión de cultivos son los más crueles verdugos de la progresiva muerte del Mar Aral, uno de los cuatro lagos más grandes del mundo. Expertos aseguran que la concentración de sales y minerales, sumado a la ausencia de lluvias y veranos cálidos llevaron a este importante cuerpo de agua de Asia Central a convertirse en un desierto más del planeta.

El lóbulo oriental del lago está prácticamente seco. Imágenes captadas por el satélite Landsat muestran los abruptos cambios, mientras estudios señalan que el lago inició su proceso de agotamiento hídrico en la década del 60. "Esta es la primera vez que la cuenca oriental se ha secado por completo en los tiempos modernos", señala Philip Micklin, geógrafo de la Universidad de Western Michigan y experto en el Mar de Aral.

Un proyecto soviético para cultivos de algodón y arroz, desvió el curso de los ríos Syr Darya y Amu Darya, los cuales aportaban cerca de 50 kilómetros cúbicos de agua dulce, sin contar la construcción en 2003 de una presa de cemento para dividirlo en dos, aspecto que agudizó el problema.

El Mar Aral, ubicado en las fronteras de Kazajstán, Uzbekistán y Turkmenistán era en 1960 el sustento de 60 mil personas dedicadas a la industria pesquera. Ya en los años 80, este recurso había desaparecido dejando a la población con elevados índices de pobreza y desempleo, así como la proliferación de enfermedades pulmonares crónicas por absorción de químicos presentes en el aire. “A medida que el lago se secó, la pesca y las comunidades que dependen de ellos se derrumbaron. El agua se contaminó con fertilizantes y pesticidas, un peligro para la salud pública”, señalaron científicos de la NASA.

De esta manera, expertos en medio ambiente han recurrido a llamados urgentes para salvar el gran lago. Ellos argumentan que además de perder un importante patrimonio hídrico, los agricultores se ven afectados por las partículas de sal que caen sobre estas áreas y terminan degradando el suelo. Sin embargo, los funcionarios del gobierno no han tomado acciones correctivas por la falta de recursos económicos y apoyo de la comunidad internacional.
 

0
0
0
s2smodern

Editorial

Publirreportaje
Publirreportaje