Jueves, 18 Abril 2024

Por Daniel O. Mendivelso Rodríguez

Durante septiembre, octubre y noviembre, miles de turistas “vuelan” para apreciar la belleza de las aves que residen o visitan el país. Las que llegan se desplazan desde Norteamérica, en busca de lugares cálidos para pasar el invierno, mientras se aproxima la primavera para regresar a casa.

Playeras, halcones, patos, gaviotas y gaviotines acogen como hogar grandes reservas de manglar, humedales y ciénagas para proveerse de alimentos o tomar un merecido descanso. Camilo Gómez, biólogo marino de Parques Nacionales adscri­to al Vía Parque Isla de Salamanca, explica: “Las aves recorren gran parte del continente buscando tierras cálidas y zonas de alimentación terminada su temporada de reproducción”.

Especies que migran

Más de 275 especies de aves neotropicales de Norte, Centro y Suramérica llegan cada año a Colombia. “Algunas viajan desde Alaska, pasando por el centro de Estados Unidos, Cen­troamérica, Colombia, Venezuela, Ecuador, el norte de Brasil y Perú. Otras utilizan rutas costeras, ya sea por el Pacífico o por el Caribe, incluyendo la región insular”, señala Gómez.

La aguililla tijereta, el halcón peregrino, el chorlito piquigrue­so, el chotacabras, el atrapamoscas de Swainson y el sirirí ti­jereta capturan la atención de los visitantes, mientras otros como el correlimos semipalmeado, el pato cucharo, el pato careto, la iguasa común, el pato real, la garza patiamarilla y el cormorán neotropical mantienen el equilibrio natural y orgá­nico de la zona.

Peligro al acecho

Durante el viaje, las aves deben sortear peligros como tor­mentas, quemas, deforestación, cacería, predación y falta de comida, así como el desarrollo turístico urbano, expansiones agrícolas y asentamientos humanos. Estas son las razones principales para que varias especies hayan sido declaradas en vía de extinción por la Unión Internacional para la Conserva­ción de la Naturaleza (UICN).

Hogar privilegiado para visitantes

La Asociación Calidris señala que las aves rapaces prefieren el océano Atlántico, los Llanos Orientales y la zona Andina, mientras que la mayoría de patos se pasean por las ciénagas y humedales costeros en La Guajira. Según Camilo Gómez, las aves eligen humedales desde la zona costera hasta los 2.500 metros sobre el nivel del mar, en zonas boscosas como la Sie­rra Nevada de Santa Marta, el Eje Cafetero y lagunas a lo largo de las costas caribeña y pacífica.

 

Ciénaga Grande de Santa Marta

Todo el complejo estuarino del Magdalena es una región con gran riqueza natural. Por su biodiversidad fue declarada reserva de biósfera, humedal Ramsar y designada Área de Gran Importancia para la Conservación de Aves (AICA).

Su ecosistema integra al Vía Parque Nacional Natural Isla de Salamanca, con clima tropical, temperatura promedio de 30 grados y pocas lluvias. Este complejo de caños y ciénagas cumple una función determinante para el desarrollo de ciclos biológicos de insectos, peces, reptiles, anfibios, aves y mamí­feros. Según Calidris, Salamanca tiene el mayor ingreso de aves marinas durante septiembre y octubre, que representan más del 60 por ciento de los individuos.

Ecoturismo en Salamanca

La isla es el lugar ideal para turismo ecológico: las ciénagas de Atascosa, donde se puede practicar senderismo; el Centro de Interpretación para ver los cambios y la evolución que ha sufrido el ecosistema; Poza verde para fotografiar el paisaje; El Torno para amantes de las caminatas, y Cuatro Bocas para observar flora y fauna.

También se realizan paseos en canoa por reservas acuáticas como Los Manatíes, caño El Clarín, Los Almendros, Playa de Cangarú, Playa Onaca y un recorrido por el sector de Los Co­cos, a 11 km de Barranquilla, especial para avistamiento de aves terrestres y acuáticas.

Del complejo también hace parte el Santuario de Flora y Fau­na de Ciénaga Grande, una de las zonas de manglar mejor conservadas del Caribe, con ríos, caños, humedales y áreas pantanosas, así como relictos de bosque seco. Es parte del complejo acuático de más de cien ciénagas, que alberga una gran diversidad de animales y vegetación.

 

Rutas y acceso al Vía Parque Isla de Salamanca

Por aire se toma un avión desde Bogotá a los aeropuertos Er­nesto Cortissoz de Barranquilla y Simón Bolívar de Santa Mar­ta. Vía terrestre se accede al parque por la troncal del Caribe. Una vez el turista arriba a Barranquilla, debe tomar el Puente Pumarejo, por la carretera en dirección a Santa Marta, en un recorrido de 10 minutos, mientras en Santa Marta, la vía que conduce a Barranquilla conecta al parque por Tasajera, con una hora de recorrido.

Recomendaciones

Transite por senderos establecidos, siempre acompañado por guías, porte documentos de identidad y carné de vacunas, no lleve mascotas, respete la señalización y no arroje basuras dentro del parque.

Está prohibida la realización de fogatas y quemas, ya que por su temperatura y vegetación combustible son zonas susceptibles de incendios forestales.

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Editorial

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