Por: Esteban Rossi PhD./ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
La situación en la región de la Cienaga grande de Santa Marta a propósito del cierre de las compuertas del caño Renegado ilustra una vez más la tensión entre algunas agendas ambientales y el desarrollo socioeconómico.
Buscando prevenir inundaciones, la alcaldía del municipio de Remolino, Magdalena ordeno cerrar las compuertas disminuyendo la cantidad de agua dulce que llega a la ciénaga. Por otra parte, buscando proteger el ecosistema, la corporación autónoma del Magdalena (Corpamag), señala la importancia de abrir las compuertas para mantener la concentración de oxígeno y agua dulce que requiere la Ciénaga.
Este tipo de conflictos se presentan con frecuencia en el manejo de cuencas y áreas protegidas y constituyen un desafío para las autoridades. Aunque cada conflicto tiene una historia que no se puede desconocer, es importante identificar criterios de análisis que faciliten la gestión de las autoridades en estas circunstancias.
A continuación, se describen tres de estos criterios. Primero: la erradicación de la pobreza. En países en vías de desarrollo, la lucha contra la pobreza es la prioridad más importante del gobierno. Por tanto, es fundamental alinear las agendas ambientales con los objetivos de desarrollo[i]. Cuando las agendas ambientales chocan con el bienestar la población se generan conflictos que perjudican a todos los actores. Dado que sabemos que el uso inadecuado de los recursos se encuentra ligado a la pobreza, como ambientalistas debemos apoyar los objetivos de desarrollo. El proceso de avance hacia la sostenibilidad depende de la superación de la miseria[ii].
Segundo, es necesario fortalecer las instituciones. La implementación de las políticas ambientales depende principalmente de las instituciones. Desafortunadamente, numerosas instituciones ambientales carecen de las herramientas para cumplir con su misión[iii]. Por esta razón, la gestión es ineficaz y se generan conflictos. Desafortunadamente, no hay una solución sencilla para mejorar las capacidades institucionales. La mejor estrategia es el trabajo continuo en dialogo con los diferentes actores sociales, en este caso la alcaldía de Remolino, Corpamag y las comunidades.
Tercero, es importante mejorar el acceso a la información. El análisis y difusión de datos científicos es vital para la gestión. En la última década el avance en las tecnologías de la información mejoró el acceso a datos de calidad. Diversas plataformas han puesto un gran número de imágenes de satélite al servicio del público para el monitoreo de diversos indicadores ambientales[iv]. Gracias a estos servicios conocemos con precisión la extensión de los cultivos de coca[v] y las tasas de deforestación. Sin embargo, es necesario continuar avanzando en el uso de información científica para la toma de decisiones.
Por último, no debemos olvidar que los conflictos ambientales reflejan diferencias ideológicas. Por tanto, no debe sorprender que líderes de izquierda y derecha, utilicen las causas ambientales como una bandera política y propongan soluciones acordes con sus intereses[vi]. Es importante evitar la politización de las causas ambientales y recordar que la pobreza es incompatible con la sostenibilidad, que las instituciones avanzan lentamente, y que las decisiones se deben basar en datos confiables y públicos.
Referencias:
[iii] Blanco, J.T. et al. 2016. Evaluación de operaciones de las Corporaciones Autónomas Regionales. Economia Urbana, Departamento Nacional de Planeación. Ver también, De la Hoz, J. 2010. Finanzas y gobierno de las corporaciones autónomas regionales del Caribe colombiano. Documentos de trabajo sobre economía regional. No 126. Banco de la Republica.